CINISMO EN LA POLÍTICA Y CINISMO EN LOS POLÍTICOS
CUESTIÓN
DE PENSAR III
CINISMO
EN LA POLÍTICA Y CINISMO EN LOS POLÍTICOS:
Estamos
viviendo una época, que no tengo palabras para describirla, habría
que inventarlas.
Por
mi edad viví los primeros años del franquismo, era muy niña para
darme cuenta de la realidad de lo que había pasado durante esa
cruenta y sangrienta guerra civil. Todo lo que había a mi alrededor
era una aureola de felicidad y seguridad que en esos años de la
vida, piensas que era lo propio. Mi padre fue Comandante de Puesto en
varios pueblos de la provincia de Cuenca, en uno de ellos nací, y en
otro, mi hermano y una hermana, tuve otro hermano cuando mi padre fue
destinado a Madrid. Eramos felices, no carecíamos de nada, no
podíamos ser conscientes de lo mal que lo estaban pasando a nuestro
alrededor.
Muchos
años después cuando tenía la edad de hacer preguntas, las hacía
sin obtener respuestas, por ello, cuando mis padres tenían cierta
clase de conversaciones en el silencio de la noche, prestaba oídos
y sacaba mis propias conclusiones; darían para escribir un libro. La
vida de mi padre no fue lo feliz que yo pensaba: fue culpado de
desertor y cogido prisionero por la tan sagrada guardia mora, le
robaron su reloj, la pluma estilográfica, (no muy corriente en
aquella época), lo encarcelaron sin juicio alguno y les mandaron a
sus padres un documento de que había muerto.
No
se habla de esas cosas, ni de tantas otras corruptelas; no se habla
de que ya en 1935 un año antes de estallar la guerra civil, en Madrid, se
producían palizas de los falangistas a la gente que no pensaba como
ellos o simplemente no les gustaba su indumentaria. No sé
verdaderamente como ocurrió, pero a un hermano de mi padre lo
metieron en un portal y le dieron tal paliza, que a los pocos meses
murió. Mis abuelos se marcharon de Madrid a un pueblecito de Cuenca
huyendo de aquella situación.
Mi
abuelo paterno también fue guardia civil y luchó durante cinco años
en la guerra de Cuba, de la que regreso enfermo por lo que allí tuvo
que soportar. Podría contar muchas cosas; tampoco se habla para nada
del estraperlo: quién lo hacía y cómo se llevaba a cabo y cómo los
agricultores se negaban en algunos pueblos a contribuir y a donar
parte de lo que recolectaban en harina, aceite ...cuanta gente se
hizo rica a cuenta de esto; tampoco de las recomendaciones en los
puestos importantes de la administración y de todas las
instituciones, de “esos polvos, estos lodos”; no interesa que
esto se acabe.
Viví
el franquismo, luchando ya a mi manera por que la sociedad fuese más
justa, entonces no había asociaciones, solo podías ayudar a los más
desfavorecidos, a través de la iglesia, perteneciendo a acción
católica, recorriendo las calles de los barrios llevando caldos y
cafés a las personas sin hogar, recogiendo, por grupos: cartones,
periódicos y vidrio para venderlos y sacar unas pesetas para
hacerles unas meriendas en los locales de la parroquia; entonces
también como ahora había gente que lo pasaba muy mal y no se podía
echar las culpas a los emigrantes, aunque: ¿no se puede llamar
emigración, a toda la gente de los pueblos que se iban a Madrid y a
Barcelona a buscar trabajo?; ¿y a Francia, los españoles no eran
emigrantes?.
Y
viví la Transición. Empezamos las mujeres a darnos cuenta quienes
éramos realmente, podíamos tener nuestra cuenta corriente, firmar
contratos, viajar sin el permiso del marido, trabajar; ya no eramos
solo amas de casa, si no querías ser madre, no lo eras, había
medios que antes desconocías, porque las españolas teníamos la
mente cerrada con siete llaves, la iglesia católica había hecho muy
bien su trabajo, la mujer había nacido para ser madre y cuidar a los
hijos, al marido y darle placer, así, qué, cuando nos dimos cuenta de
la realidad, y tuvimos los medios necesarios a nuestro alcance,
fuimos libres para poder, bajo nuestra responsabilidad, tener hijos y
amar a nuestra pareja, disfrutando los dos de ese amor, sin
condicionamientos.
Siempre
he sido mujer de izquierdas, incluso sin saberlo y creo que mi
familia también lo era, al principio de la Transición se confundían
las ideas, no sabíamos lo que era un partido político, hasta que la
Democracia nos enseñó que se podía pensar diferente y lo
principal, lo podías expresar, te podías afiliar y luchar por esas
ideas de justicia que siempre te habías propuesto, pero que nunca
hasta entonces habías podido lograr.
Por
eso, después de tantos años de lucha para restablecer derechos a
todos los niveles, poder estudiar una carrera sin ser niño de papá,
poder tener sanidad sin tener que pagar un médico, tener centros de
discapacitados psíquicos, (ahora intelectuales), que en España casi
ni existían, y que cuando ganó las elecciones la izquierda se
abrieron en Madrid, siete centros ocupacionales y trece residencias
públicas, se dieron pensiones: entre ellas la no contributiva y la
de hijo a cargo; lo digo con conocimiento de causa, pues también me
tocó, ya desde, ahora si, a través de una asociación, luchar por
esos derechos, y cuando creía, que se habían logrado muchas de las
cosas por las que luchamos, entra la derecha en la Comunidad de
Madrid, y ya Alberto Ruiz Gallardón, quiso privatizar los servicios
en los centros y las residencias. Y durante el mandato de Esperanza
Aguirre se cerraron tres centros ocupacionales de discapacitados,
entre ellos el Centro Ocupacional Magerit, y también hablo con
conocimiento de causa. Por eso vuelvo a decir: que después de tanta
lucha, se están perdiendo todos los derechos adquiridos en esos
años.
A
mis setenta y cinco años estoy perdiendo la confianza en la
política, pero sobre todo, en los políticos, los trato de cínicos
porque lo son, no solo se atreven a decir mentiras, que ya no nos las
creemos, porque están dichas una y otra vez, pero el cinismo con que
las dicen, a mí, personalmente, me hace un daño moral que no creo
poder superar, a no ser, que vea un cambio en esa política.
El
triunvirato de la derecha, me aterra, solo con oír el discurso esta
tarde en el Congreso de los Diputados del representante de Vox, me
produce una repulsión, que he tenido que dejar de verlo, pero con el
PP, oigo a sus representantes de Madrid y siento lo mismo y considero
“sublime” el cinismo de Cs.
Cinismo
también en el PSOE: quiero un pacto de Gobierno con Unidas Podemos,
pero no quiero; no quiero a Pablo Iglesias, me puede hacer sombra, y
tampoco quiero que sus programas tengan relevancia, porque si no los
cumplo es Pedro Sánchez el que queda mal, y eso me perjudica, y
además me están presionando con sus ideas de derechas, muchos
miembros de mi partido, que se han convertido al liberalismo; por
otra parte los empresarios que no quieren a Pablo Iglesias y desde
Europa: Alemania, el Banco Central Europeo y seguramente también “el
pelo de esparto”americano, que se permite amenazar a todo el mundo,
sin respetar derechos humanos, ni países. Cinismo PSOE; esta tarde
habéis hablado del Partido Comunista con muy poco respeto o eso me
ha parecido, habéis dado a entender que Podemos son comunistas, como
si eso fuera reprochable, más reprochable me parece, lo que te está
haciendo tu partido Pedro Sánchez, ya te lo hicieron la vez anterior
que no pudiste pactar con Iglesias, pero no se atrevieron a decirlo,
ahora por fin se han destapado y lo dicen claramente, pero esta
maniobra también es contra el candidato Pedro Sánchez, por eso
Casado está tan tranquilo y a Rivera le quedan tres telediarios, no
tiene carisma, lo alzó el Ibex 35 y creo que están arrepentidos. La
derecha, se llamen como se llamen, siempre serán derecha, y en estos
momentos según habla Abascal, les ha comido la partida.
Sánchez,
no caigas en las trampas que te están poniendo para que no gane la
izquierda, porque me temo, que si dejáis pasar esta oportunidad, no
la tendréis nunca más, al menos yo no iré a votar en ninguna más
de las elecciones, puesto que mi voto de izquierdas se pierde por
vuestras prioridades, vaya usted a saber por qué.
De
la corrupción ya no se habla, a unos los jueces los han perdonado,
otros han prescrito los delitos, no tendrán mancha alguna, pero
roba tú una barra de pan o comida en un supermercado verás como
siempre serás un ladrón. Todos iguales ante la ley.
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