EL MISTERIOSO NIÑO DE OJOS RASGADOS - CAPITULO XXVI
EL MISTERIOSO NIÑO DE OJOS RASGADOS CAPITULO XXVI Carlos, lo único que sentía en aquel instante era no poder apartar a María de su pensamiento, nunca más la volvería a ver; deslizó sus dedos por su rostro, por sus ojos, donde aparecía una lágrima, y esperó que pasara ese sudor frio y el temblor de sus manos. Empezaba a conciliar el sueño cuando el móvil sonó, era Leyla, lo cogió y contestó con un hilo de voz. - Sí, dime . - Ella se alarmó al oírle. - ¿Te pasa algo?. - No, me había quedado dormido. - Lo siento, estoy preocupada, esta incertidumbre me está matando, ¿crees qué debemos intentarlo?. - Claro Leyla, mañana hablaremos con David y con Paula y concretamos. He estado pensando en la manera a ver qué os parece pero cuanto antes mejor. - Don Doroteo pareció tragarse lo de la excursión. - Es la excusa perfecta, perdona Leyla es tarde, hasta mañana. - Tienes razón, hasta mañana. - Pensó que había sido una despedida fría, pero el recuerdo de M...