POR LA BOCA MUERE EL PEZ

 

POR LA BOCA, MUERE EL PEZ.

No sé, de dónde han salido tantos jóvenes políticos y políticas menores diría yo de veinticinco años. Imposible que tengan una carrera terminada, si es que están estudiando alguna; parecen salidos todos, de una saga familiar, retoños de otra época. Sus palabras, sus acciones, más pareciera copiadas, y estudiadas, en escuelas de política primerizas y privadas. Cuentan la historia que repiten en los medios de comunicación afines, aunque parece que todos, o casi todos lo son, pues no hay forma de ver la televisión. Lo mismo ves: en la uno, en la tres, en la cuatro, en la cinco, y ahora también en la sexta, en esta algunos se salvan: el Intermedio, Salvados…, y alguno más. La única que veo más, es la dos, por sus documentales y por su información; en veinticuatro horas, el debate de por la noche: es decente, respetuoso, sin abruptos, sin insultos, tratan las noticias con respeto y, su moderador, presentador es de admirar; lo veo todas las noches de la semana que está en antena y me parece ejemplar, nada tiene que ver, con la desinformación locuaz. Creen que la gente somos memos.

En el Hormiguero, Pérez Reverte, no pudo ser más desagradable por lo que dijo del Presidente del Gobierno; claro, es un señor inteligente, escritor, nada menos y envolvió sus palabras, sus frases, como si fuera uno de los protagonistas de sus novelas, fue de un cinismo infinito.

Me aterroriza, lo que está pasando; los que tenemos idéas en un contexto social, somos otra vez, el diablo con cuernos; volvemos a aquella España de la posguerra y del principio de la Democracia, del silencio, sin atrevernos si quiera a decir lo que pensamos: ni a amigas, ni a vecinos, ni a familia…, se nota en el ambiente, y en los programas de televisión, con lo que, ahora llaman anecdotas, a ojos de sus presentadores y, gran parte de sus contertulios; llegará el momento que nadie se atreva a decir que es socialista, que nadie se atreva a opinar. Ojalá esta generación de odio no genere alguna sinrazón más, hay que tener cuidado con las palabras. Porque vuelvo al título...Por la boca muere el pez.