EL MISTERIOSO NIÑO DE OJOS RASGADOS CAPITULO XXIII

 



EL MISTERIOSO NIÑO DE OJOS RASGADOS




CAPITULO XXIII





Raúl pensó primero llamar a Carmen sabia la amistad que le unía con María y creía debía contárselo, marcó el móvil sonaba ..., ya iba a colgar cuando oyó su voz. - Carmen, quiero hablar contigo, se trata de María. - Sé lo que le ha pasado a ella y a su madre, nos ha llegado la noticia. ¿Cómo te has enterado?. - Por un cliente, lo comentó en el bar, le pregunté y me dijo que, se habían ahogado dos personas madre e hija y que la hija era una de mis camareras, al oírlo corrí por la playa al sitio donde se veía arremolinada a la gente, me acerque en el momento que las dejaban en la arena y pude comprobar qué eran ellas, todavía me tiemblan las piernas, debo llamar a Carlos y contárselo, pero si te soy sincero, no sé cómo hacerlo. - Quizá se haya puesto en contacto con el la policía, lo primero que hacen es avisar a la familia. - Si tienes razón, pero María trabajaba para mí, además somos amigos de muchos años y me creo en la obligación de hacerlo. - Claro, pero no me gustaría estar en tu piel. - No tengo más remedio aunque no sé como empezar, tendré que armarme de valor. - Yo llamaré a Franchesca y a Georges aunque puede ya  hayan sido informados, se llevarán un gran disgusto apreciaban mucho a María.  La noticia correrá como la pólvora, las dos eran muy conocidas y apreciadas aquí en Málaga, y tú deberías llamar a Carlos cuanto antes. - Ahora mismo, no lo pienso más.-


El teléfono de Carlos sonaba, pero no contestaba, volvió a intentarlo dos veces más, no lo consiguió; seguramente ya le habrían dado la noticia y estaría preparando el viaje de vuelta, desde aquella isla tan alejada de España




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Carlos, en aquel instante, las sombras que habían nublado su mente tomaron cuerpo, y se derrumbó en aquella confusión desde que María le enseñara aquella sala a media luz que descubrió por casualidad; sintió entonces un patético desconcierto de por qué entonces volvían a su memoria las imágenes de su subsconsciente. ¿Qué lo habría influido?, ¿el recuerdo de María enseñándole los sarcófagos?. Carlos contuvo el aliento, pobre María, que final tan horrible, ¿cómo pudo suceder?, ¿ella lo presentía?, debía haber estado a su lado, escaparse de aquella isla donde estaban prisioneros y casarse con ella, nunca se lo perdonaría, desde el principio todo pareció estar en contra de esa boda, su inseguridad y todas las trabas impuestas por su trabajo; procuró dejar de pensar, debía hablar con don Doroteo, apelando a la tragedia seguramente le ayudaría a salir de allí y regresar a Málaga, tenía que enterrar a su prometida.


El panorama que se extendía ante él, era una planicie cubierta de hierba y florecillas amarillas; cuadriláteros de arces, abedules y abetos bordeaban las casas de ladrillos de colores, y senderos peatonales donde residían las mentes más brillantes del planeta, expertos biólogos, informáticos, conocedores en física cuántica …, cruzó la calle y se dirigió hacia la casa asignada a don Doroteo. Le esperaba, había quedado en hablar con él. Antes que llamara, la puerta se abrió, le invitó a entrar; un elegante vestíbulo, antesala a un amplio salón de grandes ventanales que daban al espacio una luminosidad especial a aquella gran sala y todo lo que en ella se encontraba, en un conjunto sencillo a la par de elegante; le indicó se sentara en uno de los sillones de cuero a espaldas del ventanal, le ofreció una copa que Carlos rechazó y se sentó frente a él. - Siento mucho lo que ha sucedido, sobre todo por tu prometida, puedes contar con mi avión particular, yo te acompañaré, tengo cosas que hacer en España, cuando soluciones allí tus problemas, regresaremos juntos, aquí hay cosas que hacer todavía. - Pero don Doroteo mi trabajo aquí ha terminado y no pensaba regresar, además le iba a pedir poder llevarme a Sirio conmigo y podían venir con nosotros David, Paula, los niños y Leyla, todos querían mucho a María. - Imposible, Leyla, no ha terminado su trabajo aquí, ni los niños su formación en la isla, y sus padres deben estar con ellos. - ¿Ni siquiera puedo llevarme a Sirio?. - No, ya te he dicho, tienen que terminar sus estudios. - Sirio tiene formación en todo, no necesita más lecciones. - Lo siento, ellos se quedan aquí y tú volverás de vuelta conmigo, tengo qué terminar lo qué hemos empezado. - Prepara tus cosas, salimos en una hora.


Carlos salió de la casa sin decir una palabra, sabía que si hablaba no podría contenerse y en las circunstancias en las que se encontraba no podía hacer otra cosa, debía regresar cuanto antes para descubrir lo que realmente había pasado. Cuando llegó al hotel le estaban esperando David, Paula, los niños y Leyla. Sirio corrió y como siempre se colgó de su cuello llorando y preguntando qué le había pasado a María. Carlos no podía articular palabra por la emoción; Daniel y Adrián no sabían que hacer y el comprendiendo su actitud se acercó y les beso cariñosamente, Paula y David le estrecharon la mano comprendiendo su dolor y Leyla le miró sin poder decir nada, de sus ojos brotaron las lagrimas y Carlos no pudo por más que abrazarla al mirar aquellos ojos que siempre le desconcertaban. Les contó la conversación con don Doroteo y qué hizo lo imposible para sacarlos de allí, pero que no quiso una discusión porque su prioridad en aquellos momentos era regresar a España;  movería los hilos desde allí, y antes de su vuelta planearía la estrategia a seguir, sabía quién podía ayudarles, no os preocupéis volveré y regresaremos todos juntos.





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Georges, había sido informado por la guardia civil; al recibir la noticia no podía creerlo y al decírselo a Franchesca, recordaron las palabras de María cuando se sinceró con ellos en la comida del restaurante; se había cumplido su predicción, les contó que tenía miedo de su madre. No sabían qué podía haber pasado, pero lo cierto era, que ninguna estaba con vida, ¿cómo sucedió?, de eso se estaban ocupando los agentes, todos coincidían que eran unas personas muy conocidas y queridas, y más, desde la operación qué le realizaron a la madre y su curación de la que todo el mundo hablaba en Málaga.


Georges, llamó a Carlos pero ya le habían dado la noticia. Habían iniciado una bonita amistad las dos parejas y su amigo conocía a qué se dedicaba desde que este se lo confesara y le pidiera colaboración, con este acontecimiento tan doloroso, pero también extraño, quizá consiguiera que trabajase para la agencia como informador; le ofreció su ayuda para su regreso a España, y le dijo, que su jefe había puesto a su disposición su avión privado. Georges tuvo qué reconocer, era todo un detalle por su parte, cosa por otro lado comprensible, puesto que Carlos no tenía otro medio de salir de la isla, aún así, su mente siempre dispuesta a dudar como buen policía, le hizo sospechar, esperaría los resultados de las autopsias siempre demostraban en la mayoría de los casos, incluso por pequeños detalles lo que pudo pasar. Llamó a Roberto por si sabían algo nuevo, le contó, les llamaba la atención que las dos se lanzaran al agua vestidas, pareciera que buscaran ahogarse; varios testigos contaron: que la madre llegó primero y se metió en el agua, y al poco rato la hija se lanzó también tratando según ellos rescatar a la madre, pero esta se resistía, llamaron a emergencias pero cuándo llegó la lancha de la guardia civil ya no pudieron hacer nada por ellas.


Los cuerpos sin vida de las dos mujeres fueron llevadas al Anatómico Forense después de que fueran reconocidas por Raúl, aunque debían esperar que un familiar en este caso Carlos el prometido de María por no tener familia más cercana, debería reconocerlas antes de que se les realizara la autopsia, había que esperar regresara en avión y era un viaje de miles de kilómetros.


Georges le había pedido a Roberto que le acompañara a recoger a su amigo al aeropuerto, no quería dejarle solo en el momento seguramente, más difícil de su vida, reconocer el cuerpo sin vida de la que había sido su prometida, y el de su madre muertas en extrañas circunstancias. Carlos portaba una simple maleta de mano por lo que no pasó por equipajes, enseguida vio a Georges y a su acompañante, le había puesto un mensaje y le recogerían en el aeropuerto por si quería ir directamente al Anatómico Forense;  le presentó a Roberto y le explicó era experto guardia civil en estos casos, les acompañaría como investigador; le dijo, tenía plena confianza en él y además, le daría las pautas a seguir en una investigación lógica, y de cómo se habrían podido producir los ahogamientos.


Mientras caminaban apresurados, apenas se dieron cuenta, que la lluvia empezaba a caer lenta, en calma, bajo la luz de la luna. Carlos quería quitarse de encima la sensación que le embargaba desde que vio sin vida a María en aquel espectral lugar de blancura infinita, qué quedó en su retina y el olor a desinfectante que impregnó su nariz y tardó mucho en desaparecer, aun así, inspiró hondo e intentó mantener la calma. Salió de aquel lugar roto de dolor, las piernas no le aguantaban y a punto estuvo de caer. - ¿Dónde te vas a quedar, preguntó Georges?. - Raúl me ofreció su casa, pero me gustaría estar solo, le llamaré y se lo agradeceré. - ¿Por qué no te quedas en nuestro hotel?, así podrás descansar y si te encuentres con ánimo, ves a los amigos. - Si, será lo mejor, necesito pensar en el entierro de María y de su madre ya os lo comunicaré a todos. - Yo me encargaré, si me lo permites, de todos los trámites de la autopsia y cuándo todo este investigado, te lo comunicaré, le dijo Roberto. - Te lo agradezco, ahora mismo no puedo pensar, muchas gracias a los dos por lo que estáis haciendo. - No tiene importancia, cuenta con nosotros para lo qué necesites.


Siguieron un sendero que surcaba un pinar hasta llegar al sitio donde habían dejado el coche de la guardia civil, Georges fue consciente del terrible peso y la responsabilidad que tenía Carlos a sus espaldas, le puso una mano en el hombro sin articular palabra demostrándole así que comprendía por lo que estaba pasando, el día siguiente iba a ser especialmente doloroso, se le harían las autopsias a María y a su madre y posteriormente le entregarían sus cuerpos.


Estaba claro para la policía de Málaga y la guardia civil los motivos de la tragedia: la madre con intenciones de ahogarse se adentró en el agua, la hija debió seguirla y al ver qué se había metido vestida se temió lo peor y se lanzó al agua con ánimo de sacarla, pero por alguna razón no pudo hacerlo y las dos murieron en el intento. Aquel suceso no se olvidaría en la ciudad tan fácilmente.


Eran las nueve de la mañana cuando Carlos recibió la llamada de Georges diciéndole que, inexplicablemente, el cuerpo de la madre de María había desaparecido. El extraño suceso conmocionó a toda la policía y a la guardia civil de Málaga; se hicieron controles en las carreteras por si con alguna intención desconocida habían robado el cuerpo, no hacía mucho, se sabía del éxito de la operación que se le había realizado y con algún objetivo todavía por descubrir pudieron llevársela.


De repente Georges se dio cuenta de que, la policía y la guardia civil qué estaban patrullando las calles habían desaparecido; llamó a Roberto. Le dijo, habían recibido una orden de instancias superiores de abandonar la búsqueda. - Es imposible, ¿de dónde viene esa orden?. - No lo sabemos, pero lo mismo las comisarías de Málaga, que el teniente de la guardia civil, recibieron la misma comunicación. No podía creer lo qué estaba oyendo, llamó a su jefe, esperaba qué la agencia francesa interviniera en aquel hecho tan grave; cuando su jefe contestó y le relató lo ocurrido no pareció extrañarse. - Nosotros también hemos recibido orden de no intervenir en el caso, no puedo hablarte oficialmente. - Pues hágalo de forma extraoficial. - Está bien. Nos han advertido que la CIA y el secretario de defensa y seguridad nacional no harán declaraciones, quieren llevar esto en secreto. - ¿Quiere decir qué tienen sospechas de dónde puede estar?. - Resulta evidente ¿no crees?. - ¿En la isla?. - Puede que por ahí vayan los tiros. - Gracias jefe, ¿puedo comentarlo con Carlos?, está destrozado. - Solo, si está calladito. - No se preocupe, confío plenamente en él, además estoy seguro qué nos ayudará. - Entonces de acuerdo.


Para evitar el morbo de la gente la incineración de María se hizo en la más estripta intimidad. Carlos, Georges, Roberto y Raúl que se presentó voluntario por si se enteraba de algo, en los bares se comentan muchas cosas y podrían dar alguna clave; se reunieron para hablar de la táctica a seguir para descubrir tan macabro suceso. Georges entregó a Carlos un móvil en conexión directa con él y le advirtió que la comunicación siempre se hiciera en espacios abiertos. - Tú conoces mejor que nadie la seguridad de la isla y sabrás dónde hacerlo. Cuando estés allí investiga qué pueden haber hecho con el cuerpo. - Carlos sonrío, sabía muy bien donde la habrían llevado, no tenía duda; no os preocupéis conozco el lugar. - Entonces nos llevarás a Roberto y a mí, ya tengo los billetes de avión para ir a Tokio y desde allí ya te diremos día y hora para que estés preparado. - ¿Cuándo te vas?. - Según don Doroteo mañana a primera hora. - ¿Notaste algún cambio en él, o estuvo cómo siempre?. - Lo mismo que en el viaje de venida, más seco de lo habitual, pero nada sospechoso, al menos, no me lo pareció. - Procura que no desconfíe, actúa con seriedad, pero amable, aunque comprenderá qué no estés como una rosa, tú ya me entiendes, y allí ni una palabra a nadie, procuraremos tener desde aquí todo pensado y dispuesto para sacaros de la isla.


- Gracias a todos, es tarde, me voy a descansar que mañana saldremos pronto, aunque es una manera de hablar, seguramente no pegaré ojo. Hasta la vista amigos, otra vez gracias. - Carlos sabía que aquella noche no podría dormir, los acontecimientos de los últimos días, la incineración de María, el revuelo que había generado la desaparición del cuerpo de su madre entre los más allegados, aunque se había tenido mucha precaución por la expresa petición de la guardia civil de que no se filtrara, ni se dijera nada en la prensa, pero esa sensación de dolor por lo qué había pasado, no lograba que su mente borrara los recuerdos que le agobiaban y su imaginación volvía al mismo punto de desconcierto una y otra vez.



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Franchesca, no podía quitarse de la cabeza la desaparición del cuerpo de la madre de María. ¿Cómo era posible qué en un barrio relativamente pequeño desapareciera un cuerpo de la morgue y nadie se enterara y qué ella cómo periodista no pudiera comunicarlo a su periódico por orden de la guardia civil, ¿y la libertad de prensa?. No se podía esconder una noticia tan grave y de tanto interés, pero Georges le había pedido encarecidamente que no llamara a su periódico, al menos de momento, hasta que no se aclararan las cosas, no querían que si saltaba la noticia se perdiera la oportunidad de llegar al fondo del asunto y no estaba segura si daría tiempo a los culpables a que se salieran con la suya y destruyeran pruebas, sabía por Georges que en muchas ocasiones las manos negras que hay en estos asuntos las hacían desaparecer fácilmente. Ella tenía amistad con corresponsales de los periódicos mas importantes de Europa y pensó qué quizá podría ponerse en contacto con ellos contándoles lo que pasaba pero recordandoles la confidencialidad a la que estaban sometidos por su profesión de periodistas, ellos podrían tener también información y encontrarse en la misma situación. Haría una llamada a su amiga Pamela Vince periodista de Lemond, la tantearía haber si estaba enterada. Marcó su móvil y esperó: la voz de Pamela se escuchó claramente. Dígame, ¿quién es?; - hola Pamela soy Franchesca, ¿te acuerdas de mí?, - claro, claro, tu voz es inconfundible; - hace tanto tiempo que no hablamos, ¿cómo estás?. Y, ¿qué tal todo por ahí?; - yo bien, qué te voy a decir con mucho trabajo como siempre, y a ti ¿qué tal te van las cosas?, ¿sigues en Málaga?, me habían dicho que estabas allí haciendo un reportaje; - si, sigo aquí, veras, de eso quería hablarte; estoy descubriendo cosas que ya te referiré, son largas de contar, quería preguntarte si seguías teniendo contacto con Clara Ferguson, doctora de la agencia ESPAC, se que os unía cierta amistad, ¿has hablado últimamente con ella, o, sabes si colabora todavía con los científicos japoneses Simussi y Assimoto en sus experimentos con el Alzhéimer?. - Hace tiempo que no tengo contacto con ella, ¿por qué lo preguntas?, ¿tú estabas investigando si no recuerdo mal, los niños que venían en pateras sobre sus vicisitudes y problemas en su viaje y sus países de procedencia, no es así?. - Sí, sí, así es, y en ello estoy, pero hay una noticia que me ha intrigado como periodista con una enferma de Alzhéimer aquí en Málaga, y me preguntaba si tú sabías algo. - No, no tengo noticia alguna sobre ningún caso de esa enfermedad. - Comprendo perfectamente lo llevan todo muy en secreto, no puedo hablarte del tema, yo me enteré por una amiga que hice aquí y que su madre sufría; tuvieron un accidente y murieron ahogadas, pero, el cuerpo de la madre, ha desaparecido de la morgue, cosa muy extraña y de lo que no puedo informar como periodista porque me lo ha prohibido la policía y la guardia civil de aquí de Málaga, se por Georges que se está investigando por la INTERPOL y por eso no quieren que se diga nada, te pido por nuestra confidencialidad profesional que tú tampoco lo hagas, aunque si tienes información me lo comuniques, también a Georges lo destinaron aquí, para que investigara. - Me dejas de piedra, será grave el asunto cuando está tanta agencia policial metida en el ajo; no te preocupes, ya sabes que no diré nada, pero me dejas muy intrigada a mí también, si logro hablar con Clara o con Henri Lanz, al que ya sabes me une una gran amistad, y me comenten algo, te lo haré saber. - Ya sabes Pamela, con toda discreción. - Por supuesto no te preocupes. - Bueno y el reportaje, ¿cómo lo llevas?. - Bien, bien, casi terminado. - Tengo muchas ganas de leerlo, seguro que será muy interesante. - Por supuesto no lo sabes tu bien, pero te quiero dejar intrigada, aunque te prometo que la primera en leerlo serás tú, te mandaré todos los artículos cuando esté terminado. - Vaya una amiga, os deseo lo mejor a Georges y a ti. - Igualmente Pamela, ya sabes, espero tus noticias.


















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