EL MISTERIOSO NIÑO DE OJOS RASGADOS - CAPITULO XXI






EL MISTERIOSO NIÑO DE OJOS RASGADOS


CAPITULO XXI




Les dio tiempo de visitar la Catedral y el Monasterio de Panteimon uno de los más antiguos de Rusia; como el hambre acuciaba comieron en uno de los pequeños restaurantes a la orilla del rio Avacha una sopa típica de aquellas tierras y unos cangrejos pescados en el rio con una salsa de Paprica y tomate un poco picante y muy sabrosa, a los niños a pesar de que nunca habían comido semejante manjar no les desagradó, pero Carlos y Leyla tuvieron que enseñarles a quitar el caparazón de los crustáceos; aún así, disfrutaron viendo: a Carlos y a Leyla mojar la salsa con el pan y chuparse los dedos, los niños no paraban de reír, era una situación divertida y contagiaron a parte de los comensales, al ver lo qué creían era una familia feliz y extraña en aquellas tierras. Cogieron de regreso el barco rompehielos que les llevaría a la isla. Leyla miraba a Carlos sin poder ocultar en esas miradas lo que sentía por él, el parecía no darse cuenta, solo a los ojos de aquel extraño niño no pasaban inadvertidas, y miró a los dos, con una sonrisa cómplice.



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Don Doroteo, convocó a las familias a la primera reunión en la gran sala de conferencias del hotel Kamchastkiy. Empezó agradeciendo a todos su puntualidad con la amabilidad que le caracterizaba, era un hombre que sabía cómo ganarse a la gente a pesar de su complexión fuerte y su poblada barba; sus modales educados hacía que fueran casi imperceptibles sus, “podríamos llamarles defectos”. Habló pausadamente, queriendo que todos entendieran era importante lo que iba a decir. - Sabéis por lo que estamos aquí, ya lo hemos hablado en anteriores reuniones, tenemos que pasar a la fase más importante del proyecto en el que estamos inmersos y comprometidos, los niños y niñas han superado el periodo educativo cultural y psicológicamente están preparados para la implantación del nanorobot que fomentará sus capacidades mentales y fisiológicas, además de seguir con su formación intelectual y física a la que seguirán sometidos al menos hasta su edad juvenil y según sus aptitudes, para que se adapten y comprendan lo que se espera de ellos. A partir de esta semana se procederá a las intervenciones de los primeros niños y niñas con la implantación del casi imperceptible nanorobot que con una hipodérmica inyectarán en una vena y llevado por la sangre llegará a la zona del cerebro con toda la información necesaria para la valoración que necesitan. A pesar de la firma de todos vosotros con vuestra conformidad, quisiera de nuevo que, en esta reunión si alguno tenéis dudas o queréis hacer alguna pregunta la hagáis ahora, si no, votaremos a mano alzada que estamos de acuerdo. Las manos comenzaron a levantarse. La votación ha sido mayoritaria por lo que daremos paso a la nueva fase. La reunión ha terminado, los doctores llamarán a las primeras familias según su criterio y en unos días si no hay ningún problema seguirán con el proyecto.

David y Paula salían silenciosos de la reunión; Paula caminaba rápido sin detenerse a hablar con los amigos y David no tuvo más remedio que seguirla, sabía que estaba enfadada, no había tenido valor para contarle en qué consistía realmente el proyecto. Al principio a él tampoco le gustó la idea, pero cuando se lo comentó a don Doroteo, le convenció de que no habría ningún problema, como no lo había habido en ninguna de las intervenciones en las personas que sufrían Alzéhimer y que los niños y niñas tendrían información de lo necesario en su formación cultural y su nivel en todos los ordenes de la vida. - David la cogió del brazo y la obligó a ir más despacio. - Espera, por favor, ¿qué te pasa?. - ¿Cómo me preguntas eso?, ¿tú lo sabías, sabías la intervención qué les iban a hacer a los niños?. - Sí, lo sabía, no había querido decírtelo cuando me le explicó tú tío, pensé ya se lo contaré, pero después fue peor porque sabía te enfadarías. - ¿Cómo has podido estar de acuerdo?, y por lo qué he oído firmaste la conformidad, estás loco, no comprendes qué esa intervención les puede causar problemas. - Él me convenció, me dijo - que igual que con el Alzéhimer tendría éxito, ya se hacía en algunos soldados y nunca hubo problemas. - Me da igual lo que te haya dicho mí tío, ni a Daniel, ni a Adrián, ni a Sirio, voy a permitir que les implanten ese nanorobot, los niños son felices no necesitan tener más cultura, ya están debidamente preparados. - La cogió del brazo y la dijo: - calla, por ahí viene tú tio. - Os estaba buscando, ¿cómo no me habéis esperado?, quería preguntaros qué os había parecido la reunión. - No voy a permitir que les implanten nada a mis hijos, ya puedes sacarlos del proyecto, yo no tenía idea de ninguna intervención pensaba  seguirían su formación cómo hasta ahora pero sin ningún experimento. - Todo está planificado y acordado con gente interesada en éste y en otros proyectos, yo no puedo hacer nada. - ¿Cómo qué no puedes hacer nada, no eres el qué manda?. - Don Doroteo, soltó una sonora carcajada… ¿el qué manda?. - Claro, ¿no eres el jefe?. - Soy la cabeza visible sobrina, pero tanto “cómo el qué manda”, y volvió a reír; los verdaderos jefazos, esos son los mandan. - David quiero que nos marchemos mañana mismo. - No podéis marchar sobrina. - ¿Quién nos lo va a impedir, tú?. - Me he comprometido a que el proyecto siga adelante y así va a ser. - ¿Quieres decir qué estamos prisioneros en esta isla?. - Algo así. - David había permanecido callado, sabía que cuando Paula sacaba su lado agresivo no había quién la parara, por otro lado ¿qué podía hacer él?, recibió un empujón que le hizo trastabillar, y unas sonoras palabras de Paula, - ¿es qué no vas a decir nada?. - Paula los dejó allí plantados y lo más deprisa que le permitían sus piernas marchó para el hotel. Cuando llegó subió a su habitación y rompió a llorar desconsolada no perdonaría nunca a su tío, le había considerado siempre como un padre y estaba poniendo a sus hijos en peligro, había sido él quién la convenció para que se casara con David y adoptaran a esos niños que tanto necesitaban tener unos padres después del sufrimiento que habían padecido, primero, fueron Adrián y Daniel, y después llegó Sirio, ese niño tan especial que al principio no entendía demasiado pero que ahora adoraba, quería a los tres como si realmente fueran sus hijos; y mucho menos perdonaría a David, no se casaron por amor pero ahora se amaban, habían aprendido a quererse, ¿cómo no se lo había contado?, dice que su tío le había convencido, pero debió contárselo; ¿qué haría ahora?, ¿quién podría ayudarla?, pensó en Leyla, no, ella estaba en la reunión por lo tanto debía estar enterada, le vino un nombre a la cabeza, Carlos, él no había asistido no tenía porqué conocer el proyecto y “quería tanto a los niños”… Sí, hablaría con él. Iba a coger el móvil para llamar, cuando entró David en la habitación con cara de pocos amigos. - ¿Qué, ya se te ha pasado el enfado?. - ¿Cómo, piensas qué soy una niña a la qué se le pasen los enfados en unos minutos?, pues estás equivocado, no perdonaré nunca tú engaño, ¿cuántas cosas más me has ocultado?. - David se acercó a ella y trató de cogerle la mano, pero ella se zafó con un movimiento brusco, - ni te acerques, crees qué vas a engatusarme, estoy realmente enfadada, estamos en una situación grave aunque tú no lo quieras ver, no hay forma de salir de aquí si mi tío no lo permite, estamos aislados y prisioneros. - Sí, lo sé. - ¿Ahora te das cuenta?. - No creí qué las cosas serían así; estarían a unos niveles de formación en todos los sentidos,  sería bueno para sus vidas, don Doroteo me lo pintó todo tan bonito qué... no pensé en las consecuencias; bueno, tenemos que encontrar la manera de salir de aquí, y perdóname, no quiero que sufráis ni los niños ni tú, se acercó a Paula la cogió por la cintura y esta vez no le rechazó, se fundieron en un apasionado beso; Paula deshizo el abrazo, hay que recoger a los niños, Leyla ya habrá terminado la sesión con ellos y no quiero llegar tarde. Cuando entraste en la habitación iba a llamar a Carlos estaba tan desesperada, él podría ayudarnos, a lo mejor nos puede sacar de aquí,  ten en cuenta que es el jefe de seguridad y seguro sabe alguna salida. - Tienes razón, seguramente es el único qué puede, voy a llamarle. - Hola David, qué tal la reunión. - Bien, bien, tenemos que hablar, puedes pasarte por nuestra habitación. - ¿Ahora?. - Si puedes te lo agradecería, tengo un problema con el ordenador he tratado de solucionarlo pero nada. - De acuerdo voy para el hotel. -

Carlos, no tardó más de quince minutos en personarse, allí las distancias no eran grandes y el sistema que habían ideado de las rampas funcionaba perfectamente; subió a la habitación y llamó a la puerta. Oyó la voz de Paula: adelante. - Bueno, cual es el problema, déjame que lo vea, ¿aunque si tú no has sabido arreglarlo? … - No es el ordenador Carlos, el problema es otro, se trata de los niños. - ¿Qué les ha pasado, me estáis asustando?. - Tranquilo, tranquilo, de momento nada. - David, no te andes por las ramas y cuéntale lo qué pasa, dijo Paula. - Tienes razón, siéntate: lo que te voy a contar es sobre la reunión mantenida con don Doroteo; ya sabes estaba muy interesado en que todas las familias de acogida nos juntáramos con los niños en esta isla, pero no sé si sabes, para qué quería viniéramos con ellos aquí. - Según me explicó, para que se conocieran y compartieran idiomas y conocimientos. - Eso era lo que también pensaba yo, dijo Paula, pero realmente no es así, quieren implantarles un nanorobot en el cerebro, en definitiva experimentar con ellos. - No es un experimento Carlos, ya lo tienen controlado, es la misma operación que en el Alzhéimer, lo que cambia es el método, don Doroteo me lo explicó y entonces no creí que podría perjudicarles de alguna manera, pero Paula me ha abierto los ojos y ni ella ni yo queremos que, ni a Adrián, ni a Daniel les hagan esa operación, se lo hemos dicho a su tío, pero dice: - está comprometido con los que mandan y el proyecto se llevará a cabo, Paula le ha amenazado con marcharnos pero nos ha dicho que no podemos salir de la isla, tal vez tú puedas conocer algún modo, eres el jefe de seguridad. - No puedo creer lo qué me estáis contando, pero yo no puedo ayudaros, esta isla está completamente blindada y yo soy uno de los causantes. - Pero, ¿seguro qué no hay salida?. - Me temo que no Paula, os prometo pensaré si hay alguna forma; “por cierto” no habéis nombrado a Sirio. - No, Sirio no está en el proyecto, sus cualidades intelectuales, físicas y mentales, están por encima de lo que se espera de los demás, aunque también me preocupa, porque a él le están haciendo otros controles anatómicos y mentales, para descubrir de dónde le viene esa superioridad que nunca se había visto en un ser humano, a todos nos tiene extrañados esa mente tan prodigiosa y nos hace pensar que, quizá, no sea de este mundo. (No quiso decirles que él lo sabía muy bien, Sirio se lo había demostrado) - Creo que todo esto es muy grave, dejarme piense en alguna solución, os prometo que saldremos de aquí con los niños. -

Carlos no terminaba de creer lo que Paula y David le habían contado pero todo empezaba a cuadrar en su cabeza, siempre había intuido qué algo no era normal, al principio dudó de David incluso de Leyla y luego Georges le confesó a que se dedicaba, le pidió colaboración para que le informara de las actividades de esa organización; ya estaba siendo investigada nada menos que por la INTERPOL. No había duda, David y Leyla conocían el proyecto y colaboraban, Leyla dando informes falsos para la acogida en las familias de los niños abandonados en las playas por las mafias, y David y Paula adoptando a esos niños formando una familia, ahora le habían confesado lo que se pretendía hacer con ellos, implantarles un nanorobot en su cerebro para su control mental con la excusa de conocimientos intelectuales para qué su vida según don Doroteo sea un camino de rosas, pero no contaba con qué Paula quiere de verdad a esos niños y está actuando como una verdadera madre. No sabía si podría ayudarles, era difícil salir de allí solo se puede hacer por aire y el único avión es el de don Doroteo y solo él podía llevarles, o en el buque rompehielos, esa pudiera ser la solución, conocía al capitán del barco por los viajes que hizo cuando el trabajo de la cúpula y conocía a Leyla y a los niños; no sospecharía nada raro, otra excursión más, pero había un problema, el buque no siempre hacía parada en la isla, a no ser que, tuviera que descargar, o llevar mercancías a la zona rusa; sería una posibilidad si de alguna forma pudiera ponerse en contacto con él, tendría todo bien estudiado, procuraría darle forma a ver si era capaz de lograrlo, aunque no diría nada a Paula y a David hasta no estar seguro de que era viable.

Los problemas parecían perseguirle, la situación de María con su madre le preocupaba y “estaba tan lejos para ayudarla”, tenía que hablar con ella muy seriamente y  le contara lo que pasaba. Si pudieran salir de la isla y coger algún vuelo desde Kamchatka a Moscu y desde allí a Europa, conseguirían llegar a España y si tuvieran problemas podría pedir ayuda a Georges, seguro les ayudaría y el colaboraría en la investigación como le había pedido, ahora estaba seguro de hacerlo, y así se quedaría en Málaga, se casaría con María, y libraría a Adrián y a Daniel de esa intervención y a Sirio de esas pruebas qué no sabía hasta dónde podían llegar y que tanto le preocupaban.

Cuando salía del hotel se encontró con Leyla y los niños, ellos como siempre le rodearon con sus abrazos. - Hola chicos, ¿ya habéis terminado vuestra clase con Leyla?. - Vaya tontería Carlos, no era una clase, solo cambiábamos impresiones sobre las teorías que los científicos estaban investigando de la realidad virtual y de como el ser humano debe estar preparado para una vida en la que, la investigación nanotecnológica dará paso a conocimientos hasta ahora impensables. - Leyla rompió a reír, la explicación de Sirio era exactamente como ella la había contado y miró a Carlos que no sonreía precisamente y lo que vio en su rostro hizo, que parara de reír. El niño que tanto le conocía pensó qué no le habían gustado sus palabras por la seriedad con que miró a Leyla. - No pasa nada, dijo - nos contó lo que se habló en la reunión con los padres y los progresos que se esperaba de nosotros, es mejor que lo sepamos para conocer lo que tendremos que aprender el próximo año. -

Carlos, se dirigió a ella en tono serio, ¿es verdad qué les has contado lo qué se habló en la reunión?. - Bueno, lo que ellos pueden comprender. - ¿Lo qué pueden comprender, o lo qué quieren qué comprendan?. - ¿No sé a qué te refieres?. - Tenemos que hablar. - De acuerdo, dejo a los niños en el hotel con sus padres y si me esperas, hablamos. - En el parque donde la fuente, dijo Carlos muy enfadado. - Los niños le dijeron: - adios, - pero él sin volverse, les hizo un gesto con la mano. - Sirio extrañado comentó, ¿por qué se ha enfadado así?. - Leyla no contestó, pero algo le había molestado, aunque no sabía qué. -

Cuando Leyla llegó al lugar donde habían quedado, la estaba esperando; ¿paseamos?, la dijo. Echaron a andar con paso lento, se miraron y él no pudo reprimir esa sensación que  siempre le embargaba cuando miraba sus ojos; tardó en pronunciar las palabras que le costaban salir de sus labios, los ojos de Leyla seguían preguntando, esquivó su mirada y por fin dijo: Paula y David me han contado todo lo tratado en la reunión que habéis tenido con las familias y don Doroteo, y mi asombro ha sido infinito; Paula no estaba informada de esa parte del proyecto y por lo que me dijo, ahora pasaran a lo qué don Doroteo llama la segunda fase, la implantación de un nanorobot. ¿Estabas enterada?. - Me enteré hace poco, don Doroteo me lo contó, pero la explicación que me dio aunque a mi no me gustó, comprendí que, por más que le dijera, no me iba a hacer ningún caso. - Eso son excusas Leyla. - En absoluto, aunque no lo creas discutí con él, le dije que, eran muy pequeños para someterles a esa operación y me dijo que todo estaba controlado y decidido, no había vuelta a tras. - ¿Y por qué les sigues prestando tú colaboración?. - Pensé sería mejor estar cerca de los niños y prestarles mi ayuda si la necesitaban, es lo que estoy haciendo explicarles para qué sepan y comprendan en cierto modo lo que se espera de ellos, sean conscientes y estén preparados, será mejor si se les explica para que no pasen miedo y piensen en algo que les ayudará cuando sean mayores, es la verdad si cómo dice don Doroteo ya se ha experimentado en otros campos de la medicina, sobre todo en el de la nanotecnología. - Paula le ha dicho a su tío, qué ni a Daniel, ni a Adrián va a consentir se les haga esa intervención y le ha amenazado con marchar de la isla, pero su tío la ha advertido, es imposible salir. - Me han pedido ayuda, pero no sé si podré ayudarles, la isla está completamente blindada y me temo ser uno de los responsables. - No te culpes, solo has hecho tu trabajo, no podías saber se iban a plantear tales problemas, - aún así, me siento mal, ¿si hubiera alguna posibilidad, vendrías con nosotros?, estoy tratando de buscar una salida. - Sí, contad conmigo. - Hay que tener cuidado dónde hablamos dijo Carlos, sobre todo, nada de teléfono. Habla con Paula, le gustará saber que estás con nosotros. -  Tienes razón, iremos de compras y con esa excusa se lo contaré. - Entendido. - Volvieron a encontrarse sus miradas y se despidieron con un suave apretón de manos. -


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