EL MISTERIOSO NIÑO DE OJOS RASGADOS - CAPITULO XIV




EL MISTERIOSO NIÑO DE OJOS RASGADOS
 
 


CAPITULO XIV
 



David, recibió la inesperada llamada de don Doroteo, el presidente de OSEIA preguntándole, si la policía de Málaga estaba haciendo averiguaciones sobre los menores que llegaban en pateras, o si a él, le habían molestado de alguna manera.

- Me han llegado noticias de investigaciones que la INTERPOL está realizando en los países donde se encontraron a esos niños y no sé, cual será su investigación; se prudente y ten mucho cuidado con quién hablas. -

- No tema don Doroteo, aquí todo tranquilo, no ha venido nadie haciendo preguntas. -

- Cualquier cosa inusual, por nimia qué parezca, comunicamela rápidamente; a mí, si me está digamos acosando la Agencia de Hacienda Francesa sobre la financiación de la organización; hay que andarse con pies de plomo y no dar ninguna pista al fisco, por ahí, podrían llegar a lo más preocupante. -

De acuerdo, lo tendré en cuenta. -

La conversación con el presidente le dejó muy preocupado, el dinero era bastante fácil de seguir si los profesionales de la Fiscalía Francesa estaban sobre ello, saldrían datos de ciertas empresas y laboratorios que los financiaban a cambio de las investigaciones que se realizaban con estos niños y su control intelectual y social.

Se pondría en contacto con la persona infiltrada en comisaría, y hablaría con Leyla para que ella también estuviera prevenida; aunque esperaría unos días hasta que hablara con Florencio, su informante; no quería ponerla nerviosa, últimamente le hacía preguntas qué él no sabía cómo responder; su colaboración consistía en legalizar con ayuda de sus informes la acogida de los menores en las familias que la organización le pedía, sin darle muchas explicaciones.

Sí, esperaría, sería lo mejor, tampoco comentaría nada con Paula, sabía lo imprescindible sobre los niños y solo actuaba de madre.

Se casó con ella por la conveniencia de un matrimonio cara a la organización, era sobrina de don Doroteo y este se lo propuso; al principio les costó adaptarse, pero con el tiempo nació entre ellos un cariño especial y con los niños Adrián y Daniel los primeros que adoptaron, se convirtieron realmente en una familia y el cariño que Paula sentía por ellos era sincero; pero Sirio era un niño difícil de entender para ella y le costó más trabajo encariñarse con él.

Su móvil sonó: - hola Carlos, ¿ya habéis regresado de Málaga?, - si, pero Sirio quiere pasar aquí la noche, ¿puede hacerlo?, - claro, se lo diré a Paula; - gracias David, ¿alguna novedad?, - todo bien. - Hasta mañana entonces. - Hasta mañana Carlos.

Carlos estaba demostrando una responsabilidad con Sirio, qué nunca hubiera esperado; creía había llegado la hora de su colaboración.
 




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Georges y Franchesca habían hablado de la conveniencia de no hacer preguntas a Carlos sobre la familia de acogida de Sirio por si llegaba a oídos de su jefe; sería mejor que todos creyeran qué el interés por el reportaje era Sirio, el niño podía comentarlo y también Carlos, le habían hecho preguntas de cómo lo encontró y podría sorprenderle, además, si Franchesca hablaba con la psicóloga sobre el niño, entraba dentro de lo normal, se entendería sería lo que la interesaba.

Carlos, tuvo que zarandear a Sirio para despertarle. - Vamos dormilón se hace tarde, debes dar tus clases y hay que desayunar. - Sirio, haciéndose el remolón, dijo: - estoy cansado, ¿no podrías decir qué estoy malito?. - ¿Y mentir a David y a Paula?, - de eso nada tunante, - ¿qué te he dicho de las mentiras?. - Que tienen las patas cortas. - Pues eso, aseate y a desayunar. - Si ya me duché anoche. - ¿Quieres ir otro día a la playa?. - Sí, sí, ya voy. -

- Buenos días Paula. - Buenos días Carlos, - hola Sirio, ¿lo pasaste bien ayer?. - Si muy bien, tengo que contarte muchas cosas. - Bueno luego me las cuentas, Adri y Dani ya están con el profesor, te estarán esperando. - Sirio corrió escaleras arriba.

- Carlos preguntó: - ¿está David?. - No ya marchó, me dijo tenía mucho trabajo. - Gracias Paula, - ya le veré; - debo contarle algo. - Me estáis intrigando. - Sirio me tiene que contar, tú tienes que contar a David..., ¿alguna novedad?. - No creo que tenga importancia;  María nos presentó a una periodista francesa, va a hacer un reportaje sobre los niños que llegan a las playas y se interesó por Sirio. - ¿Ah sí?, - ¡qué interesante! y, - ¿le hicieron preguntas?. - No, al niño no, quería saber cómo lo había encontrado. - ¿Se lo contaste?. - Sí, - por eso quiero hablar con David, para que esté enterado. - Claro, claro, haces bien;  vendrá a comer,  le diré que quieres verle. -

- Carlos marchó a su trabajo y dejó a Paula pensando.

- Cuando llegó David, - le contó lo que Carlos le dijo sobre el reportaje de los niños encontrados en las playas y que una periodista francesa  realizaba para su periódico y quería informarle. -

- ¿Sabes qué le preguntaron?. - Creo, qué cómo encontró al niño. - ¿Y le hicieron preguntas sobre él?. - - No quise insistir, será mejor que tú lo hagas. - Si, eso haré, en cuánto pase la hora de la comida, no quiero piense me preocupa. - ¿Y es así?, preguntó Paula. - No es bueno se interesen por el tema, aunque no es raro, los periódicos pueden pensar sera una historia que llegue a la gente, siempre buscan exclusivas con morbo.-  Llamaré a Carlos a mi despacho a ver que me dice. -

- Acababa de cambiar las cintas con las grabaciones de ese día por las que harían el resto de la jornada y durante la noche, cuando recibió la llamada de David. - ¿Estás ocupado?, me gustaría hablar contigo; que se quede Julián en tu puesto. - De acuerdo, ahora mismo subo. -

El despacho lo tenía David en la primera planta, estaba independiente del resto de la casa junto a la biblioteca en la que solía trabajar Paula y otras dos salas donde los niños daban sus clases; en una de ellas un pequeño laboratorio básico que formaba parte de su educación.

Carlos, llamó a la puerta. - Oyó la voz de David, pasa y siéntate; - Paula me ha dicho querías verme. - Quería contarte, que una periodista del diario parisino Ledgardé, está haciendo preguntas sobre los niños que aparecen en las payas, se enteraron del caso de Sirio, localizaron a María mi compañera de trabajo y por ella a mí. - Me preguntaron cómo había encontrado a Sirio, les interesaba la historia desde la perspectiva humanitaria de los problemas generados por las guerras, dejando a los niños huerfanos y que las mafias utilizan y abandonan  en las playas. -

- ¿No te hicieron más preguntas sobre Sirio, o le preguntaron a él?. - No, conocieron al niño cuando venía de jugar con los hijos de Raúl y les extrañaron sus ojos cómo a todo el qué le ve por primera vez, pero no le hicieron preguntas, los niños estuvieron merendando, sólo me las hicieron a mí. - Les dije  le entregué en Servicios Sociales; me preguntaron, si la persona qué se hizo cargo del niño les concedería una entrevista. - Les di el teléfono de la psicóloga. - ¿Has hablado con ella?. - No, quería contártelo para no meter la pata, aunque fueron preguntas lógicas; Franchesca, así se llama la periodista, ha venido con su novio aprovechando su luna de miel, no creo hayan hablado todavía, pero si quieres hablo con ella y se lo cuento. -

- No, ya la llamo yo, tengo que tratar otros temas con ella.  Otra cosa Carlos; - llevo pensando mucho tiempo que podrías colaborar con la asociación, has demostrado tú cariño por Sirio y también por Adrián y Daniel, los tres te adoran y te respetan, necesitamos personas que demuestren empatía ante estos niños y su sufrimiento. -

 - ¿Y en qué consistiría esa colaboración?. - En cierto modo, lo que estás haciendo, su seguridad, acompañarles cuando la asociación te lo pida, y yo no pueda hacerlo. -

- ¿No entiendo, cómo unos niños necesitan seguridad?, ¿les han amenazado de alguna manera?, ¿es por eso, por lo qué no van a un colegio?, me estás preocupando. -

- Pues no te preocupes, no hay amenazas, no pienses cosas raras, pero comprende que tenemos una gran responsabilidad, son niños muy especiales, con un nivel intelectual alto, sobre todo Sirio y se pueden confundir las cosas, por eso las medidas que estamos tomando, ya te informaríamos sobre las pautas a seguir. -

- La asociación actúa no solo aquí en España, sino en toda Europa y se está buscando un lugar dónde poder reunirnos las familias de adopción de todos los países para conocernos y ver el comportamiento de estos niños con la educación y formación intelectual que están recibiendo; queremos hacer una sociedad más justa, más educada y donde no quepa la violencia. -

- ¿Qué me dices Carlos?. - No se jefe, (le salió lo de jefe), no creo estar capacitado para esa responsabilidad. - Qué tontería, ¿cómo no vas ha estar capacitado?, no te lo pediría de no ser así. - -Bueno, lo pensaré. - No tardes mucho, tengo que dar una respuesta. -

Carlos bajaba la escalera tan pensativo que, no vio a Sirio, Adrián y Daniel, bajaban tras él en silencio para darle un susto, y lo consiguieron, Sirio trepó a su espalda como hacía siempre y cómo siempre, le desestabilizó y a punto estuvieron de rodar los dos escaleras abajo, las risas de Adrián y Daniel alertaron a David, Paula y algunas criadas de qué algo sucedía y se asomaran, a ver qué pasaba.

Cuando vieron la escena de los tres niños encima de Carlos y muertos de risa, Paula y David se miraron sin saber qué decir.

- Vamos, vamos, ya está bien, estáis revolucionando a toda la casa y me habéis dado un susto de muerte. - Eso era lo que queríamos, dijeron los tres riendo. - Ya lo veo, pero debéis tener cuidado con los sustos, pudimos tener un accidente, haber caído por las escaleras y no sabemos con qué consecuencias, ¿prometerme qué estos sustos no se van a repetir?, hay muchas formas de divertirse y ésta, no es una de ellas. - De acuerdo, - dijo Sirio, - perdonanos. -- ¿Habéis terminado los estudios?. - Sí, dijeron los tres. - ¿Y ahora qué tenéis qué hacer? . - Lavarnos y cambiarnos para cenar. - Bien chicos, pues entonces nos vemos mañana. - Hasta mañana Carlos; - vaya susto le hemos dado, lo decían bajito, -  pero Carlos no pudo por más que sonreír, eran niños felices. Quizá fuese él, el qué estuviera equivocado; caminó a su puesto de trabajo a sustituir a Julián.

Vigiló durante un buen rato las cámaras y ver si estaba todo en orden, dejó en marcha las grabaciones y salió al jardín camino de su casa.

La luna iluminaba la fuente y el laberinto de setos de su alrededor, y la suave brisa llevada por el viento, ondulaba las ramas de los árboles, produciendo un leve murmullo que acompañó a Carlos en su corto camino a la casa; aunque en su cabeza oía las palabras de David, necesitamos tú colaboración para la seguridad de Sirio.

Echaba de menos el paseo por la playa después del trabajo, el rumor de las olas y el cielo cubierto de lucecitas titileando, buscó la estrella de Sirio, ahora cómo él, la miraba todas las noches, pero esa noche, la potente luz de la luna llena eclipsaba la de la estrella.

Pensó en María, la echaba de menos era, como si hubiera despertado en él algo dormido, un sentimiento profundo, distinto, ahora lo entendía por el qué creyó sentir por Leyla; le deslumbró su belleza, su trato con Sirio, su empatía con las personas que sufrían y confundió esa sensación con amor, pero ahora estaba seguro de sus sentimientos y creía que María sentía lo mismo.
 
 



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Franchesca le dijo a Georges que llamaría a Leyla, seguramente la habrían informado, pero estaba deseando hablar con ella; su instinto le decía qué aquella historia de Sirio, era un misterio; aunque no le hicieron preguntas para no levantar sospechas, tanto Georges como ella, le estuvieron mirando, estudiando sus facciones, sus gestos, la mirada de esos ojos escrutadores que taladraban el alma, parecier supiera lo que pensabas; cuándo le dijo; -“tú también eres muy lista y muy inteligente”- en ese momento la expresión de sus ojos, parecía decirle, -  "no me engañas, sé lo qué quieres de mí”; - pero eso, en vez de retroceder en su criterio, animó más a Franchesca para ahondar con prudencia en su investigación.

No lo pensó más y llamó a Leyla. El teléfono sonó varios tonos, antes que una voz femenina contestara. - Dígame. - Por favor, quiero hablar con Leyla la psicóloga de Asuntos Sociales, lleva el tema de los niños huerfanos que llegan en pateras y son abandonados en las playas. - Sí, soy yo, ¿con quién hablo?. - Me llamo Franchesca, soy periodista del periódico Ledgardé, estoy haciendo un reportaje sobre esos niños; Carlos me dio su teléfono. ¿Le ha comunicado qué me gustaría hacerle una entrevista?. Me contó cómo encontró al niño en la playa y quisiera contar su historia y la de tantos niños  huerfanos por las guerras. - ¿Me ayudaría Leyla?. -

- Me gustaría, pero en estos momentos tengo mucho trabajo, no hay noche que no lleguen a la costa varias pateras con emigrantes que hay que atender y buscarles alojamiento, estamos desbordados. -

- Lo comprendo, lo comprendo, es una labor encomiable y muy necesaria, eso quiero también trasmitir en mi reportaje, para que la gente se conciencie de lo que pasa y con información fidedigna con conocimiento de causa, por eso sería tan importante para mi que usted me contestara unas preguntas, le prometo, no le quitaría mucho tiempo. -

- Déjeme pensarlo; la llamaré en cuanto pueda. - Gracias, será un placer conocerla. - Igualmente, y colgó. -

Creo Georges, no quieren dar explicaciones y tiene qué ser por algo. - Bueno no te hagas mala sangre, lo descubriremos. - Me voy a pasar por comisaría y si tengo tiempo por la Guardia Civil, a ver qué saco en claro. -

- Estoy pensando... cómo vas a estar muy ocupado, llamaré a Carmen, nos iremos a la playa a ver a María; me daré unos bañitos y tomaré el sol, con un poco de suerte me traeré información. -

- Sabía no te quedarías quieta. - Ya me conoces querido, si tenga algo dando vueltas en mi cabeza, no descanso hasta saber qué és. Quedamos en el hotel para la cena; no se te olvide, es una cita. - Descuida, seré puntual.

Georges, se personó en el cuartel de la Guardia Civil y al guardia que estaba en la puerta, le enseñó su carnet de policía y pidió hablar con el Comandante del Puesto, (máxima autoridad en esa casa cuartel); el guardia le pidió le siguiera. Cruzaron un gran portalón y a la derecha, estaba la oficina del Brigada de la Guardia Civil; se presentó y le enseñó sus credenciales. -

- Entonces, - ¿usted es el policía de seguridad de fronteras mandado por la INTERPOL?. - Sí, y ¿su nombre és?. - Adolfo, brigada segundo y Comandante de Puesto en este destacamento de Málaga. -

- Encantado don Adolfo; como le habrán informado, estoy aquí para investigar la llegada de ciertos niños, todos ellos menores, que aparecen solos sin saber su procedencia. -

- Me gustaría me dijera, si la Guardia Civil ha llevado algún seguimiento de estos niños y si han averiguado algo. -

 - Cómo usted ya sabrá, la mayoría son huerfanos por los bombardeos de Libia y Siria; algunos nos dan sus nombres, los de sus padres y su país de origen, pero los más pequeños, no lo saben, o lo han olvidado, el sufrimiento padecido durante seguramente meses hasta llegar aquí, o a otros países de Europa, ha borrado incluso sus nombres de su memoria. -

- Me han dicho, son los Servicios Sociales los que se encargan de ellos; ¿cúal es el criterio qué siguen para mandar a esos niños a familias de acogida?. -

- Cuando no localizamos a su familia porque han muerto, los mandamos a los Servicios Sociales y estos estudian cada caso y les buscan casas de acogida; la verdad es que funciona muy bien, no hemos tenido ninguna queja. -

- ¿También la policía actúa de la misma manera?. - Sí, es lo mejor para estos niños, tener una familia. Con el tiempo se acostumbran y se olvidan, a esa edad poco se recuerda. - ¿Y no hay ningún caso extraño?, tengo entendido qué aquí en Málaga, se encontró a un niño abandonado en la playa con unos rasgos y unos ojos que llaman la atención, ¿conoce el caso?. -

- Claro, en Málaga la gente no habla de otra cosa, incluso esa playa está más concurrida desde entonces, pero está con una buena familia de acogida. -

- ¿Han investigado a esa familia?, según creo, tienen adoptados a otros dos niños, - ¿también los encontraron en la playa?. - No, su adopción fue diferente, hay una organización que hace de intermediaria, con niños que salvan de las mafias, en muchos casos a cambio de dinero. - ¿Y no sabe el nombre de esa organización?. - Tendría que buscarla en los archivos. - Hágalo y toda la información que tenga sobre ella. -

- ¿Hay algún problema?. - No sé don Adolfo, están pasando cosas raras. Por eso me han mandado aquí, no sólo yo estoy investigando, en cada país dónde han pasado casos cómo este, de él niño de los ojos rasgados como le llaman aquí, también se investiga. - ¿Puedo pedirle, no comente esto con nadie, ni siquiera con la policía?. - Me gustaría que usted me ayudara, la Guardia Civil tiene datos sobre el control de fronteras y seguramente investigaran a todo tipo de gente, terroristas, mafias, corrupción de menores y organizaciones, como la que me interesa. - Le agradecería buscara cualquier cosa por insignificante que parezca y qué sólo usted y yo, al menos de momento, estemos en el asunto. - Le informo para su tranquilidad, que el CNI, también investiga y saben el trabajo que estoy realizando, pero tememos que, en la policía de Málaga, pueda haber algún informador y ponga al corriente a dicha organización. - Por eso le pido su ayuda,  me fio más de sus informes. -

- No se preocupe, me pondré personalmente a buscar todo lo referente qué me parezca sensible con este tema, déjeme unos días, le prometo qué toda la información qué haya de esta organización, y si hay relación con la familia de acogida de estos niños, se lo comunicaré de inmediato. -

- También deberían investigar en Servicios Sociales a la psicóloga, una tal Leyla, me da en la nariz, qué pueda estar metida en el ajo, al fin y al cabo, es ella la que estudia según usted cada caso y selecciona a las familias para mandar a estos niños, por lo tanto algo debe saber. -

- Tiene usted razón, alguna conexión puede haber, mandaré a uno de mis mejores hombres a estudiar los expedientes de las adopciones que ha llevado esta persona. - ¿Su hombre, será de confianza?. - No se preocupe, en todos sus años de servicio en el cuerpo no ha tenido mancha alguna en el cumplimiento de sus funciones, al contrario ha llevado casos de corrupción y contrabando muy delicados, se llama Roberto, ya se lo presentaré, puede ser nuestro enlace si le parece bien y le aseguro le ayudará en lo que necesite. -

- No se le olvide don Adolfo, estoy de incógnito y me gustaría seguir así para no levantar la liebre. - Descuide, así será. -

Georges no estaba seguro que, la confidencialidad qué había pedido no estuviera en peligro, sabiendo que en la policía había un informador, pero debía arriesgarse, necesitaba ayuda y la más enterada de estos temas era la Guardia civil; también tendrían información de las organizaciones ilegales y su financiación. Estaba dándole vueltas en su cabeza al tema de Sirio; cuando le conoció le dieron ganas de interrogarle, estaba realmente intrigado en su procedencia, pero debía ser cauto y sobre todo, que el niño no se asustara con sus preguntas; Franchesca seguro lograría quedar con Carlos y con María para que llevaran al niño, algo se la ocurriría, había hecho buena amistad con los dos y no levantaría sospechas.

Recordó la había prometido ser puntual para la cena, ya se pasaría por la comisaría y también dejaría pendiente la visita a la psicóloga, esperaría informes. Se dirigió donde había aparcado el coche de alquiler que contrató para desplazarse y se fue para el hotel.

Cuando subió a la habitación, Franchesca estaba terminando de arreglarse. - Hola querido, ¿qué tal te ha ido?, ¿has averiguado algo?. - Pues no mucho, la verdad, pero ya te contaré; y mientras pasaba al cuarto de baño, también preguntó; - ¿y tú, alguna novedad?. - Sí alguna, luego hablamos tranquilamente. - De acuerdo, me doy una ducha y en seguida estoy contigo.

Cenaron en el restaurante del hotel y tomaron café en la terraza amenizados por el concierto de piano, interpretado por un joven músico italiano, con los acordes de música de Chaikovski.

Después de la velada, cómodamente sentados en la terraza de su habitación, con el rumor de las olas de fondo, empezaron a relatarse las averiguaciones que cada uno había conseguido: - Georges le explicó su conversación con el brigada de la Guardia Civil, pero tenía que esperar le llamara y le informara. -

Franchesca, tampoco tenía grandes noticias que darle. - Carmen le explicó, que su periódico no quiso investigar el caso de Sirio no sabía muy bien por qué, su director se negó a publicar ningún artículo más sobre el tema y éste quedó en el olvido. - La conversación con María fue más interesante, además de comprobar, lo enamorada que estaba de Carlos, le contó detalles que por su amistad con él sabía, y de cómo empezaba a dudar de Leyla; al principio sintió un profundo interés por ella, debido a su comportamiento con Sirio, al cariño que le había demostrado y a la familia de acogida que le mandó en tan buena posición economía, además de la empatía que demostraba con los emigrantes; esto a Carlos, que según María tiene un buen corazón le impactó; sin embargo últimamente le preocupaba su colaboración con la organización en la que David estaba muy comprometido, recientemente regresó de un viaje a Francia y de una Convención muy importante según le contó, y le dijo, le gustaría contar también con su colaboración, igual que contaba con la de Leyla. -

- ¿No te das cuenta Franchesca qué es muy importante lo que dices?, casa con todo lo que hemos investigado hasta ahora: David y Leyla están en el asunto, las dudas de Carlos lo confirman y si es tan buena persona como te ha contado María, quizá nos sea muy útil. - ¿Te ha dicho, si ha contestado a la propuesta de su jefe?. - No, sobre eso no me ha dicho nada. - Hemos de  hablar con él, podíamos quedar con ellos un día y logar que trajeran a Sirio; ¿por qué no organizas una merienda con la familia de Raúl y Carmen para darles las gracias por su acogimiento y su amistad?. - Pues es buena idea Georges, dejalo de mi cuenta. - No solo tú tienes ideas geniales Francis. - Claro querido, eres el genio que ha hechizado mi vida. - (risas).

- Estoy pensando Georgi… - creo, en lo mismo qué yo…, en Carlos. - exactamente querido, si le explicáramos nuestras dudas, aprovechando las suyas …se pondría de nuestra parte, si le dijeramos que colaborará con la organización, tendríamos a la persona adecuada. - No le conocemos Franchesca. - Verás, por lo poco que conozco a María, no se enamoraría de un hombre, si no fuera buena persona, además ella me lo dijo así; yo creo que podríamos confiar en él. - Es arriesgado. - Lo sé, en la merienda podemos tantearle y entonces decidiremos. - Si tienes razón, eso haremos. - Ya es un poco tarde para llamar a María y a Carmen, lo haré por la mañana y organizaremos esa fiesta.

- Estoy muy orgulloso de ti, me estás ayudando mucho con tú disposición y tus ideas, te ganas a todo el mundo por tú amabilidad y simpatía, además de la felicidad que compartimos, tenías razón, tendremos que agradecérselo a mi jefe, en la próxima conversación telefónica, le contaré toda la verdad, se enfadará, le conozco, pero creo no merece por mi parte este engaño; tan poco puede ya evitarlo y quizá comprenda, nos beneficia que esté enterado tu periódico, la investigación periodística, es tan importante, o más, que la policial y no podrán echarla abajo. -

Cariño vamos a dejar el trabajo, estamos olvidando qué una parte muy importante de este viaje es nuestra luna de miel y si seguimos así, no la disfrutaremos. - Si lo haremos querida, no todos los ratos qué quisiéramos, por eso los que tengamos, serán más intensos; empezaremos ahora mismo, la cogió en sus brazos y la pasó a la habitación casi en volandas, la dejó sobre la cama, ella no paraba de reír, hasta qué, unos labios amortiguaron sus risas, y ya solo se escuchó: el silencio, y la suave brisa del viento que elevaba el aroma del mar en aquella noche cálida, donde algunas nubes ocultaban a retazos la luna que, con su luz indiscreta se asomaba, a la habitación de los amantes.






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