EL MISTERIOSO NIÑO DE OJOS RASGADOS - CAPITULO XIV
EL
MISTERIOSO NIÑO DE OJOS RASGADOS
CAPITULO
XIV
David,
recibió la inesperada llamada de don Doroteo, el presidente de
OSEIA preguntándole, si la policía de Málaga estaba haciendo
averiguaciones sobre los menores que llegaban en pateras, o si a él,
le habían molestado de alguna manera.
- Me
han llegado noticias de investigaciones que la INTERPOL está
realizando en los países donde se encontraron a esos niños y no sé, cual será su investigación; se prudente y ten mucho
cuidado con quién hablas. -
- No
tema don Doroteo, aquí todo tranquilo, no ha venido nadie haciendo
preguntas. -
- Cualquier
cosa inusual, por nimia qué parezca, comunicamela rápidamente; a mí,
si me está digamos acosando la Agencia de Hacienda Francesa sobre
la financiación de la organización; hay que andarse con pies de
plomo y no dar ninguna pista al fisco, por ahí, podrían llegar a lo
más preocupante. -
De
acuerdo, lo tendré en cuenta. -
La
conversación con el presidente le dejó muy preocupado, el dinero
era bastante fácil de seguir si los profesionales de la Fiscalía
Francesa estaban sobre ello, saldrían datos de ciertas empresas y
laboratorios que los financiaban a cambio de las investigaciones que se realizaban con estos niños y su control intelectual y social.
Se
pondría en contacto con la persona infiltrada en comisaría, y
hablaría con Leyla para que ella también estuviera prevenida;
aunque esperaría unos días hasta que hablara con Florencio, su
informante; no quería ponerla nerviosa, últimamente
le hacía preguntas qué él no sabía cómo responder; su colaboración
consistía en legalizar con ayuda de sus informes la acogida de los
menores en las familias que la organización le pedía, sin darle
muchas explicaciones.
Sí,
esperaría, sería lo mejor, tampoco comentaría nada con Paula, sabía
lo imprescindible sobre los niños y solo actuaba de madre.
Se
casó con ella por la conveniencia de un matrimonio cara a la
organización, era sobrina de don Doroteo y este se lo propuso; al principio les costó adaptarse, pero con el tiempo nació
entre ellos un cariño especial y con los niños Adrián y Daniel
los primeros que adoptaron, se convirtieron realmente en una familia
y el cariño que Paula sentía por ellos era sincero; pero Sirio era
un niño difícil de entender para ella y le costó más trabajo
encariñarse con él.
Su
móvil sonó: - hola Carlos, ¿ya habéis regresado de Málaga?, - si, pero Sirio quiere pasar aquí la noche, ¿puede hacerlo?, -
claro, se lo diré a Paula; - gracias David, ¿alguna novedad?, -
todo bien. - Hasta mañana entonces. - Hasta mañana Carlos.
Carlos
estaba demostrando una responsabilidad con Sirio, qué nunca hubiera
esperado; creía había llegado la hora de su colaboración.
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Georges
y Franchesca habían hablado de la conveniencia de no hacer preguntas
a Carlos sobre la familia de acogida de Sirio por si llegaba a oídos
de su jefe; sería mejor que todos creyeran qué el interés por el
reportaje era Sirio, el niño podía comentarlo y también Carlos, le habían hecho preguntas de cómo lo encontró y podría
sorprenderle, además, si Franchesca hablaba con la psicóloga sobre el niño, entraba dentro de lo normal, se entendería sería lo que la
interesaba.
Carlos,
tuvo que zarandear a Sirio para despertarle. - Vamos dormilón se
hace tarde, debes dar tus clases y hay que desayunar. - Sirio,
haciéndose el remolón, dijo: - estoy cansado, ¿no podrías decir qué
estoy malito?. - ¿Y mentir a David y a Paula?, - de eso nada tunante, -
¿qué te he dicho de las mentiras?. - Que tienen las patas cortas. -
Pues eso, aseate y a desayunar. - Si ya me duché anoche. - ¿Quieres
ir otro día a la playa?. - Sí, sí, ya voy. -
- Buenos
días Paula. - Buenos días Carlos, - hola Sirio, ¿lo pasaste bien
ayer?. - Si muy bien, tengo que contarte muchas cosas. - Bueno luego
me las cuentas, Adri y Dani ya están con el profesor, te estarán
esperando. - Sirio corrió escaleras arriba.
- Carlos
preguntó: - ¿está David?. - No ya marchó, me dijo tenía mucho
trabajo. - Gracias Paula, - ya le veré; - debo contarle algo. - Me
estáis intrigando. - Sirio me tiene que contar, tú tienes que contar a
David..., ¿alguna novedad?. - No creo que tenga importancia; María nos
presentó a una periodista francesa, va a hacer un reportaje
sobre los niños que llegan a las playas y se interesó por Sirio. -
¿Ah sí?, - ¡qué interesante! y, - ¿le hicieron preguntas?. - No, al niño
no, quería saber cómo lo había encontrado. - ¿Se lo contaste?. -
Sí, - por eso quiero hablar con David, para que esté enterado. -
Claro, claro, haces bien; vendrá a comer, le diré que
quieres verle. -
- Carlos
marchó a su trabajo y dejó a Paula pensando.
- Cuando
llegó David, - le contó lo que Carlos le dijo sobre el reportaje de
los niños encontrados en las playas y que una periodista francesa
realizaba para su periódico y quería informarle. -
- ¿Sabes
qué le preguntaron?. - Creo, qué cómo encontró al niño. - ¿Y le
hicieron preguntas sobre él?. - - No quise insistir, será mejor que
tú lo hagas. - Si, eso haré, en cuánto pase la hora de la comida, no
quiero piense me preocupa. - ¿Y es así?, preguntó Paula. -
No es bueno se interesen por el tema, aunque no es raro, los
periódicos pueden pensar sera una historia que llegue a la
gente, siempre buscan exclusivas con morbo.- Llamaré a Carlos
a mi despacho a ver que me dice. -
- Acababa de cambiar las cintas con las grabaciones de ese día por
las que harían el resto de la jornada y durante la noche, cuando recibió
la llamada de David. - ¿Estás ocupado?, me gustaría hablar
contigo; que se quede Julián en tu puesto. - De
acuerdo, ahora mismo subo. -
El
despacho lo tenía David en la primera planta, estaba independiente
del resto de la casa junto a la biblioteca en la que solía trabajar
Paula y otras dos salas donde los niños daban sus clases; en una de
ellas un pequeño laboratorio básico que formaba parte de su
educación.
Carlos,
llamó a la puerta. - Oyó la voz de David, pasa y siéntate; - Paula
me ha dicho querías verme. - Quería contarte, que una
periodista del diario parisino Ledgardé, está haciendo preguntas
sobre los niños que aparecen en las payas, se enteraron del caso de
Sirio, localizaron a María mi compañera de trabajo y por ella a mí. - Me preguntaron cómo había encontrado a Sirio, les interesaba
la historia desde la perspectiva humanitaria de los problemas generados por las guerras, dejando a los niños huerfanos y que las
mafias utilizan y abandonan en las playas. -
- ¿No
te hicieron más preguntas sobre Sirio, o le preguntaron a él?. -
No, conocieron al niño cuando venía de jugar con los hijos de Raúl
y les extrañaron sus ojos cómo a todo el qué le ve por primera vez,
pero no le hicieron preguntas, los niños estuvieron merendando,
sólo me las hicieron a mí. - Les dije le entregué en Servicios
Sociales; me preguntaron, si la persona qué se hizo cargo del niño les
concedería una entrevista. - Les di el teléfono de la psicóloga. - ¿Has
hablado con ella?. - No, quería contártelo para no meter la pata,
aunque fueron preguntas lógicas; Franchesca, así se llama la
periodista, ha venido con su novio aprovechando su luna de miel, no
creo hayan hablado todavía, pero si quieres hablo con ella y
se lo cuento. -
- No,
ya la llamo yo, tengo que tratar otros temas con ella. Otra cosa
Carlos; - llevo pensando mucho tiempo que podrías colaborar con la
asociación, has demostrado tú cariño por Sirio y también por Adrián y Daniel, los tres te adoran y te respetan, necesitamos
personas que demuestren empatía ante estos niños y su sufrimiento.
-
- ¿Y
en qué consistiría esa colaboración?. - En cierto modo, lo que
estás haciendo, su seguridad, acompañarles cuando la asociación te
lo pida, y yo no pueda hacerlo. -
- ¿No entiendo, cómo unos niños necesitan seguridad?, ¿les han
amenazado de alguna manera?, ¿es por eso, por lo qué no van a un
colegio?, me estás preocupando. -
- Pues
no te preocupes, no hay amenazas, no pienses cosas raras, pero
comprende que tenemos una gran responsabilidad, son niños muy
especiales, con un nivel intelectual alto, sobre todo Sirio y se
pueden confundir las cosas, por eso las medidas que estamos tomando,
ya te informaríamos sobre las pautas a seguir. -
- La
asociación actúa no solo aquí en España, sino en toda Europa y se
está buscando un lugar dónde poder reunirnos las familias de
adopción de todos los países para conocernos y ver el
comportamiento de estos niños con la educación y formación
intelectual que están recibiendo; queremos hacer una sociedad más
justa, más educada y donde no quepa la violencia. -
- ¿Qué
me dices Carlos?. - No se jefe, (le salió lo de jefe), no creo estar capacitado para esa responsabilidad. - Qué tontería, ¿cómo no
vas ha estar capacitado?, no te lo pediría de no ser así. - -Bueno,
lo pensaré. - No tardes mucho, tengo que dar una respuesta. -
Carlos
bajaba la escalera tan pensativo que, no vio a Sirio, Adrián y
Daniel, bajaban tras él en silencio para darle un susto, y lo
consiguieron, Sirio trepó a su espalda como hacía siempre y cómo
siempre, le desestabilizó y a punto estuvieron de rodar los dos
escaleras abajo, las risas de Adrián y Daniel alertaron a
David, Paula y algunas criadas de qué algo sucedía y se asomaran, a ver qué pasaba.
Cuando
vieron la escena de los tres niños encima de Carlos y muertos de
risa, Paula y David se miraron sin saber qué decir.
- Vamos,
vamos, ya está bien, estáis revolucionando a toda la casa y me
habéis dado un susto de muerte. - Eso era lo que queríamos, dijeron
los tres riendo. - Ya lo veo, pero debéis tener cuidado con los
sustos, pudimos tener un accidente, haber caído por las escaleras y
no sabemos con qué consecuencias, ¿prometerme qué estos sustos no se
van a repetir?, hay muchas formas de divertirse y ésta, no es una de
ellas. - De acuerdo, - dijo Sirio, - perdonanos. -- ¿Habéis
terminado los estudios?. - Sí, dijeron los tres. - ¿Y ahora qué
tenéis qué hacer? . - Lavarnos y cambiarnos para cenar. - Bien
chicos, pues entonces nos vemos mañana. - Hasta mañana Carlos; - vaya
susto le hemos dado, lo decían bajito, - pero Carlos no pudo por
más que sonreír, eran niños felices. Quizá
fuese él, el qué estuviera equivocado; caminó a su puesto de
trabajo a sustituir a Julián.
Vigiló
durante un buen rato las cámaras y ver si estaba todo en orden,
dejó en marcha las grabaciones y salió al jardín camino de su
casa.
La
luna iluminaba la fuente y el laberinto de setos de su alrededor, y la
suave brisa llevada por el viento, ondulaba las ramas de los árboles,
produciendo un leve murmullo que acompañó a Carlos en su corto
camino a la casa; aunque en su cabeza oía las palabras de David,
necesitamos tú colaboración para la seguridad de Sirio.
Echaba
de menos el paseo por la playa después del trabajo, el rumor de las
olas y el cielo cubierto de lucecitas titileando, buscó la estrella
de Sirio, ahora cómo él, la miraba todas las noches, pero esa noche,
la potente luz de la luna llena eclipsaba la de la estrella.
Pensó
en María, la echaba de menos era, como si hubiera despertado en él
algo dormido, un sentimiento profundo, distinto, ahora lo entendía
por el qué creyó sentir por Leyla; le deslumbró su belleza, su
trato con Sirio, su empatía con las personas que sufrían y
confundió esa sensación con amor, pero ahora estaba seguro de sus
sentimientos y creía que María sentía lo mismo.
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Franchesca
le dijo a Georges que llamaría a Leyla, seguramente la habrían
informado, pero estaba deseando hablar con ella; su instinto le decía
qué aquella historia de Sirio, era un misterio; aunque no le hicieron
preguntas para no levantar sospechas, tanto Georges como ella, le
estuvieron mirando, estudiando sus facciones, sus gestos, la mirada
de esos ojos escrutadores que taladraban el alma, parecier
supiera lo que pensabas; cuándo le dijo; -“tú también eres muy
lista y muy inteligente”- en ese momento la expresión de sus ojos,
parecía decirle, - "no me engañas, sé lo qué quieres de mí”; -
pero eso, en vez de retroceder en su criterio, animó más a
Franchesca para ahondar con prudencia en su investigación.
No
lo pensó más y llamó a Leyla. El teléfono sonó varios tonos,
antes que una voz femenina contestara. - Dígame. - Por favor,
quiero hablar con Leyla la psicóloga de Asuntos Sociales, lleva
el tema de los niños huerfanos que llegan en pateras y son
abandonados en las playas. - Sí, soy yo, ¿con quién hablo?. - Me
llamo Franchesca, soy periodista del periódico Ledgardé, estoy
haciendo un reportaje sobre esos niños; Carlos me dio su teléfono.
¿Le ha comunicado qué me gustaría hacerle una entrevista?. Me
contó cómo encontró al niño en la playa y quisiera contar su
historia y la de tantos niños huerfanos por las guerras. -
¿Me ayudaría Leyla?. -
- Me
gustaría, pero en estos momentos tengo mucho trabajo, no hay noche
que no lleguen a la costa varias pateras con emigrantes que hay que
atender y buscarles alojamiento, estamos desbordados. -
- Lo
comprendo, lo comprendo, es una labor encomiable y muy necesaria, eso
quiero también trasmitir en mi reportaje, para que la gente se
conciencie de lo que pasa y con información fidedigna con
conocimiento de causa, por eso sería tan importante para mi que
usted me contestara unas preguntas, le prometo, no le quitaría
mucho tiempo. -
- Déjeme
pensarlo; la llamaré en cuanto pueda. - Gracias, será un
placer conocerla. - Igualmente, y colgó. -
Creo
Georges, no quieren dar explicaciones y tiene qué ser por algo. -
Bueno no te hagas mala sangre, lo descubriremos. - Me voy a pasar por
comisaría y si tengo tiempo por la Guardia Civil, a ver qué saco en
claro. -
- Estoy
pensando... cómo vas a estar muy ocupado, llamaré a Carmen, nos
iremos a la playa a ver a María; me daré unos bañitos y tomaré el
sol, con un poco de suerte me traeré información. -
- Sabía no te quedarías quieta. - Ya me conoces querido, si tenga algo
dando vueltas en mi cabeza, no descanso hasta saber qué és. Quedamos
en el hotel para la cena; no se te olvide, es una cita. -
Descuida, seré puntual.
Georges, se
personó en el cuartel de la Guardia Civil y al guardia que estaba en
la puerta, le enseñó su carnet de policía y pidió hablar con el
Comandante del Puesto, (máxima autoridad en esa casa cuartel); el
guardia le pidió le siguiera. Cruzaron un gran portalón y a la
derecha, estaba la oficina del Brigada de la Guardia Civil; se
presentó y le enseñó sus credenciales. -
- Entonces, -
¿usted es el policía de seguridad de fronteras mandado por la
INTERPOL?. - Sí, y ¿su nombre és?. - Adolfo, brigada segundo y
Comandante de Puesto en este destacamento de Málaga. -
- Encantado
don Adolfo; como le habrán informado, estoy aquí para investigar la
llegada de ciertos niños, todos ellos menores, que aparecen solos sin saber su procedencia. -
- Me
gustaría me dijera, si la Guardia Civil ha llevado algún seguimiento de
estos niños y si han averiguado algo. -
- Cómo
usted ya sabrá, la mayoría son huerfanos por los bombardeos de
Libia y Siria; algunos nos dan sus nombres, los de sus padres y su
país de origen, pero los más pequeños, no lo saben, o lo han
olvidado, el sufrimiento padecido durante seguramente meses hasta
llegar aquí, o a otros países de Europa, ha borrado incluso sus
nombres de su memoria. -
- Me
han dicho, son los Servicios Sociales los que se encargan de
ellos; ¿cúal es el criterio qué siguen para mandar a esos niños a
familias de acogida?. -
- Cuando
no localizamos a su familia porque han muerto, los mandamos a los
Servicios Sociales y estos estudian cada caso y les buscan casas de
acogida; la verdad es que funciona muy bien, no hemos tenido ninguna
queja. -
- ¿También
la policía actúa de la misma manera?. - Sí, es lo mejor para estos
niños, tener una familia. Con el tiempo se acostumbran y se olvidan,
a esa edad poco se recuerda. - ¿Y no hay ningún caso extraño?,
tengo entendido qué aquí en Málaga, se encontró a un niño
abandonado en la playa con unos rasgos y unos ojos que llaman la
atención, ¿conoce el caso?. -
- Claro,
en Málaga la gente no habla de otra cosa, incluso esa playa está
más concurrida desde entonces, pero está con una buena familia de
acogida. -
- ¿Han
investigado a esa familia?, según creo, tienen adoptados a otros dos
niños, - ¿también los encontraron en la playa?. - No, su adopción
fue diferente, hay una organización que hace de intermediaria, con
niños que salvan de las mafias, en muchos casos a cambio de dinero. -
¿Y no sabe el nombre de esa organización?. - Tendría que buscarla
en los archivos. - Hágalo y toda la información que tenga sobre
ella. -
- ¿Hay
algún problema?. - No sé don Adolfo, están pasando cosas raras. Por
eso me han mandado aquí, no sólo yo estoy investigando, en cada
país dónde han pasado casos cómo este, de él niño de los ojos
rasgados como le llaman aquí, también se investiga. - ¿Puedo pedirle,
no comente esto con nadie, ni siquiera con la policía?. - Me gustaría
que usted me ayudara, la Guardia Civil tiene datos sobre el control
de fronteras y seguramente investigaran a todo tipo de gente,
terroristas, mafias, corrupción de menores y organizaciones, como la
que me interesa. - Le agradecería buscara cualquier cosa por
insignificante que parezca y qué sólo usted y yo, al menos de
momento, estemos en el asunto. - Le informo para su tranquilidad, que
el CNI, también investiga y saben el trabajo que estoy realizando,
pero tememos que, en la policía de Málaga, pueda haber algún
informador y ponga al corriente a dicha organización. - Por eso le
pido su ayuda, me fio más de sus informes. -
- No
se preocupe, me pondré personalmente a buscar todo lo referente qué
me parezca sensible con este tema, déjeme unos días, le prometo
qué toda la información qué haya de esta organización, y si hay
relación con la familia de acogida de estos niños, se lo comunicaré
de inmediato. -
- También
deberían investigar en Servicios Sociales a la psicóloga, una tal
Leyla, me da en la nariz, qué pueda estar metida en el ajo, al fin y
al cabo, es ella la que estudia según usted cada caso y selecciona a
las familias para mandar a estos niños, por lo tanto algo debe
saber. -
- Tiene
usted razón, alguna conexión puede haber, mandaré a uno de mis
mejores hombres a estudiar los expedientes de las adopciones que ha
llevado esta persona. - ¿Su hombre, será de confianza?. - No se
preocupe, en todos sus años de servicio en el cuerpo no ha tenido
mancha alguna en el cumplimiento de sus funciones, al contrario ha
llevado casos de corrupción y contrabando muy delicados, se llama
Roberto, ya se lo presentaré, puede ser nuestro enlace si le parece
bien y le aseguro le ayudará en lo que necesite. -
- No
se le olvide don Adolfo, estoy de incógnito y me gustaría
seguir así para no levantar la liebre. - Descuide, así será. -
Georges
no estaba seguro que, la confidencialidad qué había pedido no
estuviera en peligro, sabiendo que en la policía había un
informador, pero debía arriesgarse, necesitaba ayuda y la más
enterada de estos temas era la Guardia civil; también tendrían
información de las organizaciones ilegales y su financiación. Estaba
dándole vueltas en su cabeza al tema de Sirio; cuando le conoció le
dieron ganas de interrogarle, estaba realmente intrigado en su
procedencia, pero debía ser cauto y sobre todo, que el niño no se
asustara con sus preguntas; Franchesca seguro lograría quedar
con Carlos y con María para que llevaran al niño, algo se la
ocurriría, había hecho buena amistad con los dos y no levantaría
sospechas.
Recordó la había prometido ser puntual para la cena, ya se pasaría por
la comisaría y también dejaría pendiente la visita a la psicóloga,
esperaría informes. Se dirigió donde había aparcado el coche de
alquiler que contrató para desplazarse y se fue para el hotel.
Cuando
subió a la habitación, Franchesca estaba terminando de arreglarse. - Hola querido, ¿qué tal te ha ido?, ¿has averiguado algo?. - Pues no
mucho, la verdad, pero ya te contaré; y mientras pasaba al cuarto de
baño, también preguntó; - ¿y tú, alguna novedad?. - Sí alguna,
luego hablamos tranquilamente. - De acuerdo, me doy una ducha y en
seguida estoy contigo.
Cenaron
en el restaurante del hotel y tomaron café en la terraza amenizados
por el concierto de piano, interpretado por un joven músico
italiano, con los acordes de música de Chaikovski.
Después
de la velada, cómodamente sentados en la terraza de su habitación,
con el rumor de las olas de fondo, empezaron a relatarse las
averiguaciones que cada uno había conseguido: - Georges le explicó su
conversación con el brigada de la Guardia Civil, pero tenía que
esperar le llamara y le informara. -
Franchesca,
tampoco tenía grandes noticias que darle. - Carmen le explicó, que su
periódico no quiso investigar el caso de Sirio no sabía muy bien por
qué, su director se negó a publicar ningún artículo más sobre el
tema y éste quedó en el olvido. - La
conversación con María fue más interesante, además de comprobar,
lo enamorada que estaba de Carlos, le contó detalles que por su
amistad con él sabía, y de cómo empezaba a dudar de Leyla; al
principio sintió un profundo interés por ella, debido a su
comportamiento con Sirio, al cariño que le había demostrado y a la
familia de acogida que le mandó en tan buena posición economía,
además de la empatía que demostraba con los emigrantes; esto a
Carlos, que según María tiene un buen corazón le impactó; sin
embargo últimamente le preocupaba su colaboración con la
organización en la que David estaba muy comprometido, recientemente
regresó de un viaje a Francia y de una Convención muy importante
según le contó, y le dijo, le gustaría contar también con su
colaboración, igual que contaba con la de Leyla. -
- ¿No
te das cuenta Franchesca qué es muy importante lo que dices?, casa
con todo lo que hemos investigado hasta ahora: David y Leyla están
en el asunto, las dudas de Carlos lo confirman y si es tan buena
persona como te ha contado María, quizá nos sea muy útil. - ¿Te ha
dicho, si ha contestado a la propuesta de su jefe?. - No, sobre eso
no me ha dicho nada. - Hemos de hablar con él, podíamos quedar
con ellos un día y logar que trajeran a Sirio; ¿por qué no
organizas una merienda con la familia de Raúl y Carmen para darles
las gracias por su acogimiento y su amistad?. - Pues es buena idea
Georges, dejalo de mi cuenta. - No solo tú tienes ideas geniales
Francis. - Claro querido, eres el genio que ha hechizado mi vida. -
(risas).
- Estoy
pensando Georgi… - creo, en lo mismo qué yo…, en Carlos. -
exactamente querido, si le explicáramos nuestras dudas, aprovechando
las suyas …se pondría de nuestra parte, si le dijeramos que colaborará con la organización, tendríamos a la
persona adecuada. - No le conocemos Franchesca. - Verás, por lo poco
que conozco a María, no se enamoraría de un hombre, si no fuera
buena persona, además ella me lo dijo así; yo creo que podríamos
confiar en él. - Es arriesgado. - Lo sé, en la merienda podemos
tantearle y entonces decidiremos. - Si tienes razón, eso haremos. - Ya
es un poco tarde para llamar a María y a Carmen, lo haré por la
mañana y organizaremos esa fiesta.
- Estoy
muy orgulloso de ti, me estás ayudando mucho con tú disposición y
tus ideas, te ganas a todo el mundo por tú amabilidad y simpatía,
además de la felicidad que compartimos, tenías razón, tendremos
que agradecérselo a mi jefe, en la próxima conversación telefónica, le contaré toda la verdad, se enfadará, le
conozco, pero creo no merece por mi parte este engaño; tan
poco puede ya evitarlo y quizá comprenda, nos beneficia que
esté enterado tu periódico, la investigación periodística, es
tan importante, o más, que la policial y no podrán echarla abajo. -
Cariño
vamos a dejar el trabajo, estamos olvidando qué una parte muy
importante de este viaje es nuestra luna de miel y si seguimos así,
no la disfrutaremos. - Si lo haremos querida, no todos los ratos qué
quisiéramos, por eso los que tengamos, serán más intensos;
empezaremos ahora mismo, la cogió en sus brazos y la pasó a la habitación
casi en volandas, la dejó sobre la cama, ella no paraba de reír,
hasta qué, unos labios amortiguaron sus risas, y ya solo se escuchó:
el silencio, y la suave brisa del viento que elevaba el aroma del
mar en aquella noche cálida, donde algunas nubes ocultaban a retazos
la luna que, con su luz indiscreta se asomaba, a la habitación de
los amantes.
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