Novela serializada: CORRUPCIÓN CRIMINAL (Cap.11)
CORRUPCIÓN CRIMINAL
CAPÍTULO XI
Francis bajaba
con su coche por la carretera que bordeaba la bahía camino de
su despacho, preguntándose, que explicación coherente daría a
Marga por su conducta inadmisible e impropia de una persona por muy
jefe suyo que fuera; se disculparía ante ella, ¿pero sería
suficiente?, era lo bastante inteligente para darse cuenta que algo
grave tenía que haber pasado para esa reacción suya, además,
estaba el sobre con las fotografías que habían caído al suelo y
que él no le dejó recoger, aunque no le diera tiempo a fijarse en
ellas, pensaría que serían de la familia y quizá atase cabos.
Lo
mejor sería disfrazando la verdad, decirla que quisieron
chantagearle. Reaccionó mal, se puso furioso y para calmarse, se fue
a navegar, era casi la verdad y ella se lo creería; aunque por otra
parte le gustaría sincerarse con ella, pero no quería cometer el
error de demostrarle su simpatía y caer en la tentación, por la
frustración en estos momentos con Elena.
Se
lo explicaría lo más sinceramente que le fuera posible y le pediría
disculpas, sería lo mejor.
Cuando
Francis llegó a su despacho y dio los consabidos golpecitos en la
puerta, el corazón de Marga galopaba, casi tres días sin verle era
demasiado no sabía si podría disimular cada vez la costaba más;
su jefe pasó y lo primero que hizo fue pedirle disculpas por su
comportamiento. -
Por
favor señor Rok, usted no tiene que pedirme disculpas, solo soy su
secretaria y comprendí enseguida que querían hacerle chantaje,
solo espero, que lo haya solucionado. -
No
te preocupes Marga, ni siquiera fue eso, solo querían presionarme. -
El
teléfono sonó Marga descolgó y al otro lado escuchó la voz de
Alex, preguntando por su jefe. -
Un
momento se lo paso; es Alex. -
Hola
Alex pensaba llamarte, hay temas que tenemos que hablar antes de la
reunión que quiero convocar para esta semana, hay asuntos que
tratar cuanto antes. -
Si
señor Rok, yo también tengo novedades, llamaron al periódico
preguntando por mi para darme información sobre la muerte de
Philipe; ¿me paso por el despacho o por su casa esta tarde?. -
Pasate
por casa, tengo que contarte algo importante. -
Francis
hacía verdaderos esfuerzos en concentrarse en el trabajo, su mente
volvía, una y otra vez, a lo fácil que hacía las cosas Marga, su
intuición ante los problemas era casi premonitorio, solo con
mirarte adivinaba lo que te pasaba, ¿habría adivinado, lo que hasta
ahora él, no quiso ver?, -
Estaba
aliviado, la situación no había sido fácil, pero para su sorpresa,
Claudia y Oscar habían comprendido que la soledad de su madre y la
proximidad con Alfonso cuando le necesitaba, dio lugar a que los
sentimientos fluyeran como suele ocurrir en esas ocasiones y se
confundieran con la pasión en una pareja tan joven.
Claudia
quería mucho a Francis, había sido su padre todos estos años, pero
también quería saber si Alfonso era su padre biológico, sentía un
gran cariño por él y quizá esa era la respuesta.
Todos
estaban de acuerdo que cuando todo esto pasara y regresasen de
Boston, se aclararían las cosas y seguirían siendo una gran
familia.
Claudia
y Oscar querían hacer una barbacoa y comer con sus padres como
cuando eran niños; la diferencia, que ahora, serían ellos los que
harían el asado de la carne y las salchichas, e invitarían a
Alfonso y a Alex.
Cuando
lo contaron a sus padres les pareció una buena idea, sabían que si
marchaban, pasarían unos meses hasta que volvieran a estar
juntos, así que sería una forma de despedida.
Como
hacía buen tiempo comieron en el jardín, Alfonso y Alex se habían
hecho imprescindibles, en especial para Claudia que no ocultaba sus
sentimientos; hacía muchos meses que esta familia no se sentía tan
feliz,dijo Claudia, ojalá siempre sea así.
En
la comida salió el tema sin poder evitarlo de la corrupción; los
puntos específicos de los contratos de los gobiernos de la
Autonomías que beberían tener limitaciones. -
Oscar
dijo a su padre, ¿pero no estás seguro de poder hacerlo?. -
Verás
hijo, estamos investigando abusos muy concretos. - Papá te refieres
¿a los intereses creados verdad?. - Así es, el sistema no es del
todo malo, si no fuera por la motivación de las ganancias; aunque
en parte, el resultado puede ser positivo: investigación médica,
nuevas tecnologías, proyectos que pueden ayudar a la gente, con
inversiones subvencionadas por los estados, para vivienda,
medicamentos, sanidad, educación …, esto bien distribuido
contribuye al bien común. -
Si
papá dijo Claudia, estoy de acuerdo, pero sabemos, que no está
siendo así y no es fácil terminar con el problema tan instalado en
las instituciones, harían falta guardianes del futuro si no todo lo
que hagas, se irá a la mierda. -
Alex
la miró con picardía, movió la cabeza de un lado al otro y con
orgullo dijo: - esta es mi chica. -
Todos
se echaron a reír. Claudia era la más luchadora, sus ideas y sus
proyectos iban en esa dirección, cambiar las cosas.
Bueno,
bueno, dijo Elena, comamos que se enfría, ya salvaréis al mundo. -
En
la sobremesa, a la hora del café, la de las confidencias, Francis
contó a Alex el problema del chantaje que habían querido hacerle,
con una serie de fotografías, pero que habían logrado todo lo
contrario y la unión de la familia, era ahora más fuerte si cabe. -
Alex
también les contó que a través de una llamada a su periódico, un
tal Fernando, se había puesto en contacto con él y le pidió una
cita diciéndole, que tenía información de quienes eran las
personas que tuvieron que ver con la muerte de Philipe; me entrevisté
con él y me corroboró lo que nos imaginábamos, que el tal Adolfo
Martínez recibía dinero del grupo afín al exenador García al
que según Fernando llamaban el jefe y contrataba a quienes hacían
el trabajo sucio. -
Me
temo Alex, que alguien quizás más gordo que el exenador García, o
personas próximas, estén también involucradas en los asesinatos de
mi padre, de Philipe y en los accidentes de Frank y mi familia,
esperemos que por los informes de la policía de Boston y de la española
tengan ya alguna pista.
Mañana
voy a reunirme con cuatro de las personas que forman parte del equipo
de investigación, me gustaría contar contigo y con Alfonso, quiero
que los conozcáis antes de tener la reunión; creo que llamaré al
general Indalecio Corrales, sería conveniente que cambiarais
impresiones. -
Cuando
llegó a su despacho más pronto que de costumbre, su secretaria,
puntual como siempre, ya tenía dispuesto todo lo necesario para la
reunión que iba a mantener, con personas de su
confianza. Se exponía demasiado, pero estaba seguro que lo
conseguiría, le estaban poniendo demasiadas trabas, le habían
amenazado de todas las maneras posibles, pero él no se echaba a tras
aunque deseaba que no hicieran daño a su familia, ni a nadie que él
quisiera, o por el que sintiera simpatía.
El
primero en llegar fue Alfonso, se saludaron con más seriedad de lo
normal, lo que no pasó inadvertido para Marga, cuando lo natural
era qué, sobretodo Alfonso fuese muy efusivo con su jefe; pero
quizá los términos de la reunión fueran tan importantes, que
ciertas demostraciones estuvieran de más.
A
los pocos minutos llegó Jorge Saiz un joven abogado, que estaba
como voluntario en la Fundación Rok; era un hombre decidido y
enérgico que lo mismo defendía a ricos importantes, que a la gente
de los guetos que no podían pagarle, era una de esas personas
brillantes de nueva generación de abogados, con conciencia social,
que luchaban contra la injusticia.
Otra
de las personas asistentes a la reunión era un hombre de unos
cincuenta años, de sólidas convicciones, analista y cauteloso a la
hora de interpretar los problemas y llegar a conclusiones, de nombre
Juan José Muyan.
El siguiente en llegar un tal Jons Esmic, rondaba los cuarenta años, muy
hablador, con gran facilidad de palabra y una ironía, que a veces te
hacía dudar, nunca sabías cuando te estaba tomando el pelo; pero un
gran comunicador capaz de convencer al más reacio.
Y
Carlos Mas especialista en aereonautica, que era la antítesis de su
compañero Jons de una seriedad imponente y con una capacidad de trabajo
rayando en lo imposible.
Alex
el único periodista de la reunión, pero no por eso menos
importante; de él dependerán las noticias que saldrán a los medios
de comunicación.
Y el
exgeneral Indalecio Corrales el de más edad del grupo y con gran
experiencia en estos asuntos.
Francis
los fue presentando y todos se sentaron alrededor de la mesa.
Estos
hombres eran el punto más fuerte del Comité; si había alguien que
estuviera a la altura para verificar la recopilación de todos los
informes individualmente, comprobando datos y documentos que
todas las partes de la Comisión aportaran, ellos los analizaran
con precisión, llevando el peso de la organización; además contaba
con la estimada ayuda de Alfonso conocido en todo el sector de la
abogacía y de la justicia por ser un excelente abogado.
Francis
los había elegido, no solo por su profesión y su valía, si no
porque ninguno tenía afiliación política, sus ideas como
demostraban sus profesiones y sus convicciones, no iban por esos
derroteros.
Todos
coincidieron en la corrupción generalizada, en lo público y en lo
privado; cada día salían casos nuevos, investigaciones tanto de la
policía, como del periodismo, pero se necesitaba una investigación
seria por los indicios abrumadores de actividades delictivas de todo
orden y por ello era tan importante la que se estaba realizando por
esta Comisión. -
La
semana que viene tendremos por fin una reunión general, quería que
antes os conocierais y cambiásemos impresiones; otras personas
involucradas en esta investigación, si están en política, algunos
actualmente; pero os pido que no os dejéis influenciar por si
alguno se da por aludido por cualquier comentario: queremos la verdad
y haremos frente a la situación, no consentiremos que sea otra
comisión más que no llegue a ningún sitio. -
Estuvieron
de acuerdo en trabajar para tratar de cambiar el sistema establecido;
recopilarían toda la información que les fuera posible. -
Cuando
se marcharon dijo a su secretaria. -
Marga
estoy contento, la reunión ha sido larga, pero el grupo que ha
habido hoy aquí, además de ser de mi entera confianza, me ha
convencido de que podremos lograrlo, así, que vamos a celebrarlo,
llama al restaurante del puerto, “La Ballena Azul” y reserva mesa
para dos.
Llama
a mi mujer y la dices que no puedo ir a comer, que no me esperen. -
Señor
Rok, ¿será que la diga, que la invita a comer?. -
No,
no lo has entendido, la reserva es para ti y para mi, el triunfo de
todo esto, es de los dos y lo vamos a celebrar, ya es hora que tenga
un detalle contigo por todo lo que me ayudas. -
Pero
señor Rok, no está bien que yo … -
Nada
de que no esta bien, ¿quien lo dice?, me apetece que comamos juntos
y lo celebremos, no hacemos daño a nadie y tu te lo mereces, así
que no se hable más; haz esas llamadas primero al restaurante y
luego a mi mujer. -
¿Y
si me pregunta por qué no puede ir a comer, que le digo?, - Que tengo mucho
trabajo, Elena lo entenderá.
Hizo
las llamadas que su jefe le pidió y por primera vez, le notó
diferente. -
La
comida resultó de lo más agradable; Marga al principio estaba muy
cohibida, nunca se había permitido confianzas con su jefe y aunque
él, siempre había sido amable, aunque nunca había habido por su
parte un mal gesto, por algún error que hubiera cometido, ella se
sentía insegura; precisamente ese carácter de respeto y amabilidad,
es lo que había provocado esa ternura y esos sentimientos hacia él.
Mientras
comían esos pescaditos del mar tan sabrosos y bebían unas copas de
vino, se fueron olvidando que eran jefe y secretaria; se hicieron
confidencias de cuando eran niños, Marga le contó como una tía
hermana de su padre, siempre le recitaba poesías y no paraba hasta
que se las aprendía; su jefe reía y ella le decía: de verdad,
hasta que no se las repetía de memoria, no me dejaba tranquila.
Rok
también le contó cosas de su niñez de un susto que les dio a sus
padres siendo muy pequeño, se escondió entre los aparejos de la
barca de un amigo de su padre y cuando se hizo a la mar y cogió las
redes para echarlas al agua, se lo encontró allí; imaginate la
sorpresa, inmediatamente regresó al puerto y me llevó a casa sin
soltarme la oreja, no se, como se mantiene en su sitio todavía. -
Marga
reía por el relato, no pensaba que su jefe tan serio, hubiera sido
un niño tan travieso. -
Hablaron
también de su juventud, él le contó como conoció a su mujer Elena
en la facultad y fueron siempre novios, hasta que los dos terminaron
la carrera y se casaron; le contó también, que por el trabajo en
sus empresas tuvo que luchar mucho al principio y estuvo unos años
lejos de España. Estuvo a punto de sincerarse con ella y contarle lo
que había descubierto hacía poco, pero lo pensó mejor y callo. -
Marga
notó que de pronto volvía a ser el hombre serio de siempre y pensó
que algo le atormentaba, pero no le preguntó. -
Sin
embargo él se atrevió a preguntar, como no tenía novio y añadió,
al menos que yo sepa; ella sonrío y dijo que nunca se había
sentido atraída por ningún hombre en ese sentido; si hubo alguien
que le gustaba estando en la universidad, pero él terminó la
carrera de médico, le destinaron a otra ciudad y las cosas se
enfriaron; luego se enteró al cabo de unos meses que se había
casado, pero ella ya no sentía nada por él. -
Había
que volver al despacho, todavía tenían asuntos por solucionar,
terminaron los cafés y Rok le dijo muy animado, la verdad es, que
hacía tiempo que no tenía una comida tan agradable, hasta me he
acordado del barquero, los dos se echaron a reír. -
El
teléfono no sonó demasiado esa tarde y les dio tiempo a terminar
lo que se habían propuesto; cuando terminaba la jornada, su jefe
siempre le decía, bueno Marga, mañana será otro día, pero ella no
quería que aquel día terminara. -
Francis
estaba feliz, hacía mucho que no se sentía así; contento por la
reunión, tenía esperanzas de que todo saldría bien, pero sobre
todo, por esa sensación que le embargaba desde la comida con Marga;
ahora comprendía que sus sentimientos iban más allá de la
admiración y de la simpatía, que era algo más profundo, no sabía
desde cuando lo sentía, lo que si sabía, es que ella, sentía lo
mismo.
No
quiso coger el coche iría andando quería tranquilizarse y ordenar
sus ideas antes de llegar a casa, nunca le había mentido a Elena y
no lo iba a hacer ahora, pero antes quería estar seguro y aclarar
sus sentimientos.
-o-
A
muchos kilómetros de allí en el mismo restaurante que siempre se
reunían, compartían mesa y cenaban mientras hablaban de sus
planes, para que, la reunión que sabían se celebraría la semana
próxima, no se pudiera llevar a efecto; se comunicaban en voz baja,
como temiendo que alguien oyera lo que decían y por sus caras la
cosa no debía ser agradable; García le decía a Martínez que
llevara el plan adelante, para que de una vez se dieran cuenta que
no estaban jugando y que no se pararían ante nada. -
Martínez
dijo que le parecía un plan demasiado drástico, que quizás con un
susto fuera suficiente, pero él le contestó que le estaba costando
mucho dinero y que debía cumplir lo pactado hasta las últimas
consecuencias. -
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