Cuentos y relatos breves (.III) Publicado: "KIKA LA TORTUGA PEREZOSA"

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~ KIKA LA TORTUGA PEREZOSA ~


Érase una vez una tortuga que, dormía largas horas durante el día y por las noches se dedicaba a mirar las estrellas; las contemplaba con tanta admiración que sus ojos parecían hipnotizados con su resplandor. Recorría el cielo con la mirada reconociendo en ese estudio de cada noche las figuras que formaban.

Un grupo parecía una calesa tirada por tres caballos blancos que relucían y fluctuaban, tirando de aquel carro, en un firmamento, cuya negrura hacía que esas lucecitas pareciese se movían con tal lentitud, que Kika que así se llama la tortuguita pensó: ¿por qué mamá me riñe por ser tan lenta?, las estrellas apenas se mueven y no pierden su brillo, ¿por qué yo no puedo brillar cómo ellas?.

Algunas le recordaban a animales: a un caballo con alas, a un delfín, a un cisne que con su largo cuello observaba el infinito, a un toro, a una serpiente. Kika miraba cada noche el cielo, y cada noche veía figuras diferentes; pero por más que buscaba, no encontraba su tortuga. ¿Por qué no había tortugas en el cielo?, miraba y miraba pero no estaban.

Por la mañana no había quien la levantara de la cama, su mamá Ana estaba muy preocupada debería llevarla a la doctora, ella sabría que la pasaba.

Cuando por fin logró despertarla la dijo: Kika hoy no vas al colegio, iremos a ver a tu doctora Bea para que nos de una solución a tu problema del sueño y tu lentitud al caminar.

Mamá yo quiero ir al colegio, mi profe Cristina se preocupará si no voy y mis amiguitas tortuguitas Lucía, Carla y Blanca también. No me pasa nada, solo que tengo un poco de sueño por las mañanas y que mis patitas, se niegan a ir más deprisa, pero no necesito correr para seguir mis estrellas, ellas son lentas como yo.

Kika las estrellas no se mueven, ya te lo he explicado, es nuestro planeta Tierra el que gira lentamente y da la sensación, que son las estrellas.

Mamá y, ¿por qué veo algunas tan rápidas que desaparecen enseguida?.

Verás hija: lo que ves que desaparece tan rápidamente no son estrellas, son trocitos que se desprenden de ellas, o de otros cuerpos celestes que forman nuestro Sistema Solar y en el cielo por efectos de la luz del Sol parece polvo florescente y que comunmente llamamos estrellas fugaces, conocidas también con el nombre de Perseiras.  Este fenómeno se percibe sobre todo en el mes de Agosto, más o menos por el día trece, fecha de tu cumpleaños.

¿Tu crees mamá que yo he sido elegida para ser una Perseira, una de esas estrellas fugaces?, nací un trece de Agosto, cuando lucen ellas.

Claro Kika, tú eres una estrella para mí, iluminas mi vida, como esas Perseiras iluminan el cielo.

¿Entonces mamá no te importa que sea un poco lenta?, las estrellas que son como yo también brillan, no querría que te sintieras avergonzada de mí, no soy tan lista como mis amiguitas, pero sé, que ellas me quieren y juegan a mi ritmo. - ¿sabes lo que dicen mamá?, - que soy tan alegre y simpática que prefieren jugar conmigo porque me invento canciones bonitas y les cuento cosas de las estrellas.

Tus amiguitas son muy inteligentes, saben apreciar donde están realmente tus capacidades y tus ingenios y yo estoy muy orgullosa de ti Kika, no podría tener una hija más guapa y lista que tú.

¿Entonces mamá, no te importa que sea un poco lenta?.

Por supuesto que no hija mía, sabes: pensándolo mejor, tienes razón, no hace falta que te lleve a la doctora, comes muy bien y tienes buen color, así, que aseate rápido, que te llevaré al colegio para que puedas jugar con tus amiguitas: Lucía, Carla y Blanca; hablaré con tu profesora y organizaremos una gran fiesta para tu cumpleaños.

Gracias mamá que contenta estoy, me hace mucha ilusión celebrar mi cumpleaños con mi profe y todas mis compañeras y compañeros del cole.

El día del cumpleaños de Kika llegó. En el parque junto a su casa, su mamá Ana, su profesora y las mamás de sus amigas habían colgado en las ramas de los árboles: racimos de globos de colores, farolillos de papel, cintas multicolor, y colocado dos largas mesas con una merienda especial para tortugas: gambitas secas, trocitos de pescado y de jamón de York que tanto le gusta a Kika.

Colocaron altavoces en los troncos de dos árboles, por donde se escuchaban canciones infantiles. Todas estaban felices. A la hora de los regalos, por los altavoces, se escuchaba el cumpleaños feliz que todas coreaban, y la fueron entregando lo que cada una de sus amiguitas y amiguitos pudo comprarle, eran regalos sencillos su mamá, así lo había pedido.

Por fin llegó la hora de la tarta, la de apagar las velas, eran siete velas con forma de estrella las que lucían en el pastel. Cuando Kika las apagó de un soplo, todos aplaudieron, pero ella estaba triste, a su mamá, se le había olvidado su regalo. 

De pronto, la vio aparecer con una gran caja, la dio un par de sonoros besos y la dijo: Kika este es mi regalo, se que te va a gustar mucho, pero antes de dártelo tienes que prometerme, que solo admirarás las estrellas un ratito cada noche, para que así por las mañanas, puedas levantarte pronto para ir al colegio.

Cuando su mamá le explicó que era un telescopio y que con el vería las estrellas tan cerca que casi podría tocarlas con sus patitas, se colgó de su cuello y la cubrió de besos, te prometo mamá que solo estudiaré el cielo un poquito por la noche y luego, me iré a dormir, soy tan feliz.

Así es como Kika cumplió su sueño, y pensó que con aquel telescopio que le había regalado su mamá, alguna noche encontraría su tortuga, sabía que tan bien ella brillaría en el cielo.

Su mamá le había dicho que ella era su estrella y eso la hacía muy feliz, también su mamá era una estrella para ella, la que más lucía.




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