Novela serializada: CORRUPCIÓN CRIMINAL (Cap.3)

CORRUPCIÓN  CRIMINAL


CAPÍTULO  III



Cuando llegó, Marga ya había pasado a limpio todo lo hablado, al ordenador lo convenido y así se lo comunicó a su jefe. - Bien dijo a su secretaria quiero que llames a mi abogado, dile que me urge hablar con él, si puede ser mañana mejor, quiero ponerle al día de todos los asuntos de mis finanzas y repasar afondo mi testamento, hace tiempo que no tratamos de ello y quiero seguridades; explícaselo así para que traiga todos los documentos.

Ponte también al habla con mis socios y convocales para una reunión mañana a las cinco de la tarde a ser posible, si no pudieran, que te digan el día que les viene bien, pero adviérteles que es urgente, les pondré al corriente de todo para que no haya malos entendidos si esto se filtrara a la prensa. -

Marga, antes de ponerte con las llamadas buscame todos los documentos que tengamos de Industrias Norton referidos a armamento y dame la clave en el ordenador, para hacer un estudio sobre los contratos que tienen firmados, con qué países y los socios que forman la compañía. -

Francis recordó a aquel general en la reserva ya retirado y que no salió del ejercito muy contento, aunque su hoja de servicios era intachable. No recordaba en ese momento su nombre pero seguro le vendría a la memoria.

Marga dio a su jefe todo lo relacionado con Industrias Norton y este exclamó con un suspiro, ya tengo trabajo para toda la tarde si hay alguna llamada no me encuentro, a no ser que sea de mi mujer, o de mis hijos. -

En la base de datos del ordenador se sucedían los escándalos de esta empresa con contratos con países en guerra y la venta de armas químicas, misiles de largo alcance y toda clase de munición, desde granadas, a fusiles de asalto y gases contaminantes; a través de las redes mafiosas se ponían en contacto con las guerrillas de talibanes o de cualquier país en conflicto, como Libia, Siria, Rusia,  países africanos como Uganda,  incluso hispanos como Colombia y Venezuela.

Uno de los escándalos que más sonó en la prensa fue la venta de chalecos de protección defectuosos, a los ejércitos de parte de Europa que se vieron implicados con numerosas bajas en las guerras de Irak y Libia, donde los conflictos estaban siendo más sangrientos; pero al final nadie tuvo responsabilidades, salieron varios nombres de generales que denunciaron el asunto, se formó una Comisión de Investigación a nivel Internacional, pero todo quedó en nada, fueron dando largas al tema y como siempre todo quedó en el olvido.

Ahora recordaba el nombre del general español uno de los que se atrevió a denunciar, Indalecio Corrales, militar retirado que demostró su valía con su participación en la Comisión, llevando a cabo una investigación por su cuenta que expuso con valentía en el Congreso, con datos de los grandes beneficios que Industrias Norton sacaba de los contratos tanto públicos como privados, de gobiernos corruptos de diferentes países, entre ellos Arabia Saudí en Oriente medio y países africanos anteriormente mencionados.

Tenía que conseguir hablar con el general Indalecio Corrales e informarse si llegó a algún resultado la Comisión de Investigación Internacional.

Le pidió a su secretaria se informase del teléfono y la dirección del general y dio por terminada la jornada, aunque sabía no se lo podría quitar de la cabeza era un asunto muy complicado del que seguramente nadie querría hablar.

Se despidió de Marga hasta la mañana siguiente, dejándole bastante trabajo por hacer.

Llegó casi a la hora de la cena; por lo que veía, no estaba Elena ni sus hijos; se acomodó en un sillón de la salita y conectó la televisión para ver las noticias, hacía días que no había visto el telediario y solo le habían llegado retazos de la política.

De pronto sonó el teléfono y una voz que no identificó preguntó: - ¿Francis Rok?, - si, ¿quién es?, - mi nombre no importa, solo le advierto, no tiene una familia tan perfecta como cree, ni su mujer, ni sus hijos, son lo que aparentan y seguro que usted no está al tanto.- Oiga, ¿que está diciendo? Y ¿quién es usted?, ¿algún periodista sensacionalista buscando carnaza?, pues si es así, no tiene nada que hacer, y sí, tengo una familia decente a la que por supuesto conozco muy bien. - Cuando le lleguen algunas fotografías, comprenderá; - Oiga, ¿qué clase de fotografías?, ¿con qué me está amenazando?, ¿ya han empezado el acoso a mi familia?, ¿esto tiene que ver con la investigación que estoy realizando sobre la corrupción?, pues ya le he dicho que sus amenazas no van a lograr lo que pretenden, ni usted, ni los que le han mandado hacer esta llamada. -

Colgó el teléfono tan bruscamente que casi lo incustró en la mesa.

En ese preciso instante llegaba Elena y al verle tan contrariado, tan enfadado, se acercó a él preguntando que había pasado. ¿Por qué tu enfado?, casi rompes el teléfono.- Bueno ya ha empezado lo que me temía, no se, si la prensa sensacionalista, o algo más preocupante. - Su esposa sonrío, no ha empezado ahora, ya hace unos días que lleva sonando el teléfono con esa sarta de amenazas; que si tienes un lio, que si Claudia no se que y que si Oscar…, pero tú dijiste que iba a pasar, les molesta tu investigación, pero no nos van a intimidar, somos una familia unida, nos queremos y eso es lo importante; cuando llamen al fijo no lo cogemos y en paz, ¿para qué están los móviles?. No te apures querido, en cuanto estén los chicos cenamos. No les digas nada de esto al menos esta noche, si siguen molestando ya les advertiremos, ¿de acuerdo?. -

Francis besó a su esposa en la frente y se sentaron a ver la televisión que había permanecido encendida; sin embargo, los dos guardaron silencio.

A la mañana siguiente llegó al despacho más tarde de lo acostumbrado, la llamada del día anterior le había alarmado; el que pudieran meterse con su familia era algo que le sobrepasaba y se preguntaba, si valdría la pena seguir, pero por otro lado, si ya, solo con unas llamadas amenazantes lograban callarle, les habría salido muy fácil la jugada.

Buenos días Marga lo siento me he retrasado. - No pasa nada jefe, pero me extrañaba en usted tan puntual, pensé que algo le había surgido y se habría entretenido con alguien de la Comisión.- No, han sido otros los motivos, pero nada importante. -

¿Lograste ponerte en contacto con Alfonso?. - Si, me dijo que vendría por aquí esta mañana con los documentos que le pidió, también contacté con sus socios, me dijeron que no podían venir esta tarde, pero que le llamarían a medio día para quedar, seguramente tendrían tiempo mañana si a usted le venía bien. -

Ha llamado un tal señor Martínez, creo que ha dicho que es asesor del Presidente y que le gustaría hablar con usted; le he dicho que llamase esta mañana que estaría aquí, ha dicho que lo haría y ha colgado sin ninguna otra explicación.

Bueno pues que vuelva a llamar; ¿alguien más ha llamado, Philipe o Alex?; - no jefe, nadie más; - mejor, ya tenemos bastante para hoy y si al final del día tenemos tiempo, nos pondremos con los papeles que nos ocupan.

Marga mientras llega Alfonso, ¿podrías prepararme un café de máquina?, no he podido tomar nada con las prisas porque llegaba tarde y no es cuestión de estar en ayunas toda la mañana, - ¿quiere que baje a la cafetería y le traiga alguna ensaimada?, y los cafés de allí son mejores. - No gracias Marga vas a entretenerte, con un café de máquina vale para entonar el estómago.

No habían pasado más de diez minutos cuando Alfonso, el abogado de la familia de Francis Rok entró en el despacho, saludo a Marga y estrechó la mano de Francis.

Alfonso llevaba unos diez años a Francis, pero esto no alteraba en nada la amistad que había surgido entre ellos desde que Francis llegó al bufete: Carralero y Cia., del que Alfonso era socio junto con Carlos su padre amigo de Philipe, que fue quién se lo recomendó.

Carlos tenía fama de ser un buen abogado y junto con su hijo formaban el mejor bufete de la ciudad.

Alfonso tendría unos cincuenta y cinco años, moreno, bien parecido, soltero, por lo que todas las mujeres ricas de su entorno y amistades no perdían la esperanza, pero él esquivaba esa responsabilidad, vaya a saber por qué.

Francis le explicó largamente en el lio que se había metido influenciado por su amigo Philipe y Alfonso sonrío sin comprender a Rok que nunca había querido meterse en política y ahora por lo que le contaba, el problema era monumental y de consecuencias imprevisibles.

Bueno amigo tu sabrás donde te metes; así que explicame eso de que quieres revisar el testamento.

Verás Alfonso, todo esto precisamente por ser tan serio me ha dado que pensar de si a mí me pasara algo; quiero tenerlo bien atado, que no haya ningún resquicio por el que se pueda escapar nada. Mi mujer y mis hijos no tienen por qué pagar las consecuencias de los problemas en los que me he metido.

Mira Francis si te quedas más tranquilo repasando todos los documentos sobre tus acciones en las empresas con tus socios, lo haremos uno por uno, pero yo creo que junto con los acuerdos que cerrasteis ante notario y al no haber cambiado la situación ni por tu parte ni por la de ellos en dichas empresas, no hay nada que temer.

Precisamente voy a tener una reunión con ellos para informarles sobre mi decisión de formar parte de esa Comisión de Investigación por si hubiera algún problema, no quiero que se enteren por la prensa y que alguno de ellos no esté conforme. -

En ese caso, si alguno tuviera algún inconveniente como dices, si tendríamos que revisar los convenios a los que llegasteis en su día y entonces veríamos estudiar el tema; respecto al testamento, está todo bien claro, tu mujer y tus hijos son los legítimos herederos tanto de tus acciones, como de tu patrimonio y el de tu esposa, en este caso nada ha variado, si surgiera algún contratiempo con tus empresas por parte de tus socios, me lo comunicas inmediatamente que lo arreglaríamos no te quepa la menor duda, de todas formas tu tienes todos los documentos y el testamento, repasalo por si tienes alguna duda.

Espero tus noticias, tengo que marcharme Francis, llevo unos días con mucho trabajo ya sabes lo que pasa después de unas vacaciones; da un saludo afectuoso a Elena y a tus hijos de mi parte.

Dile a Elena qué, cuando me invita a una de esas reuniones tan interesantes de la Fundación, a ver si entre tantas amigas ricas me sale novia.

Rok soltó una carcajada, anda como si a ti te hiciera falta una casamentera, no tienes cara; se estrecharon cordialmente la mano y Alfonso salió del despacho no sin antes, besar a Marga.

A los pocos minutos sonó el teléfono, Marga lo cogió enseguida y una voz que se identificó como el señor Martínez asesor del Presidente, sonó en el auricular. - Si señor Martínez el señor Rok está ya le informé de su llamada, inmediatamente se pone.

Señor Martínez soy Francis Rok, creo que no nos conocemos personalmente y tampoco hemos hablado que yo recuerde, ¿qué es lo que desea?.

Verá señor Rok, ha llegado a mis oídos que seguramente usted va a presidir la Comisión de Investigación sobre los casos de corrupción que nos preocupan a todos, especialmente al señor Presidente, creo que sería conveniente que usted y yo tuviéramos una reunión para estudiar la situación, así me lo ha pedido explícitamente y quiere que yo sea el enlace con usted para cualquier problema que surgiera comunicárselo de primera mano antes de que saliera en los medios de comunicación, pues ya sabe como está últimamente la prensa; así que si pudiera usted hacer un hueco en su agenda se lo agradecería, cuanto antes mejor para ponernos al corriente; ¿podría ser mañana por la tarde?.

Imposible señor Martínez, acabo de aterrizar como aquel que dice en mi despacho después de unos días de vacaciones y se me acumulan los asuntos, en unos días quizás el trabajo haya bajado un poco, deje su teléfono a mi secretaria y le llamaré; encantado de hablar con usted, buenos días, y sin esperar respuesta dio el teléfono a su secretaría para que tomara el número de su móvil.

Francis quedó pensativo, nunca había oído hablar de ese tal señor Martínez y mucho menos como asesor del Presidente, no le gustó la prepotencia con la que hablaba pidiéndole además explicaciones y con tanta urgencia como si el señor Presidente, no tuviera personas que le conocían perfectamente y a los que de haber querido, habría mandado en su representación.

No sabía por qué, pero no le había gustado el personaje, de todas formas le daría largas.

Francis miró el reloj que marcaba las dos de la tarde. - Hora de comer, dijo a Marga, recoge que cerramos; a los dos nos vendrá muy bien desconectar hasta la hora de volver a eso de las cinco.

Su secretaría era una chica estupenda y como profesional no la había igual reconocía que era un gran apoyo para él, siempre estaba dispuesta a trabajar lo que hiciera falta, abusaba quizás sin proponerselo de esa entrega suya al trabajo, nunca tenía prisa por salir del despacho tendría que subirle el sueldo con todo esto de la Comisión, serán muchas horas las que tendré que pedirle que se quede. Bueno hablaré con ella por la tarde.



- o -



Martínez, el que decía ser asesor del Presidente, llamó al exenador García para citarle en el mismo restaurante donde se reunieron la otra vez, para ver le estrategia que debían seguir si la reunión con Francis Rok no diera los resultados esperados.

Llegaron los dos puntualmente a las ocho de la noche como habían quedado y después de un frio saludo, se sentaron en la misma mesa de la vez anterior huyendo de miradas indiscretas. García le preguntó si ya había mantenido la reunión que esperaban; Martínez le contó que habló con él y que se verían en unos días. - Entonces, ¿para qué estamos aquí?; - García tenemos que lograr que la gente de su partido le presione y le pregunte como logró sus empresas y así, hacer que pierda los papeles con preguntas sobre su padre y su ruina que afectó a cientos de trabajadores; hay que hurgar en las heridas conociendo su orgullo seguro que reacciona mal y eso nos beneficiaría. -

Esperemos Martínez esa reunión, haga que confíe en usted con la escusa del Presidente, aunque éste no esté enterado, lo importante es que le informe en cada momento de los pasos que da y con quién se reúne para jugar nuestras cartas; quizás tengamos que recurrir a algo más drástico si persiste en seguir al frente de la Comisión. - Descuide García, déjelo de mi mano, si no consigo lo que me propongo, tomaré mis medidas y estas le aseguro, no serán muy amistosas. -



- o -



Buenas tardes Marga, ¿algo nuevo?, ¿ha llamado Philipe?; hay que ponerse en contacto con él me extraña que no llame; - Jefe lo primero que hice cuando llegué, fue llamarle al móvil, pero no lo coge; - dentro de un rato vuelve a intentarlo, es imprescindible que hable con él. -

¿Lograste el teléfono y la dirección del general Indalecio Corrales?; - si, logré sus señas y su teléfono, vive en Barcelona, en el Paseo de Gracia;¿ le marco el número?, - no, primero quiero lo que tenemos sobre Industrias Norton; ya le llamo yo. -

Marcó el número del general y una voz al otro lado del auricular contestó, - ¿dígame, quién es?.-

Me llamo Francis Rok, ¿tengo el gusto de hablar con el general Indalecio Corrales?; - si, ¿quién ha dicho qué es?; - general, seguramente mi nombre no le dice nada, no se si el de mis empresas, Industrias Rok y Cia., o quizás el nombre de mi padre Manuel Rok que fue senador hace años. -

Si, creo que recuerdo a su padre, murió en circunstancias que no se pudieron aclarar, ¿es así?, ¿es usted su hijo?. - Si señor soy su hijo Francis Rok para servirle y tiene usted razón, su muerte no se esclareció; todavía me persigue no saber la razón de tal desgracia, pero ya han pasado muchos años y me he resignado, por mucho que investigué no tuve ningún resultado. -

Cuanto lo siento señor Rok, aunque no conocía a su padre personalmente, me consta que fue un hombre honorable. -

Gracias general; verá, yo nunca estuve en política, bueno, casi un año cubriendo se podría decir así, el puesto de mi padre, pero renuncié enseguida, no me gustaba lo que veía y me retiré a tiempo. Pero en este momento, sin yo quererlo, ni pretenderlo, me han propuesto para presidir una Comisión de Investigación contra la corrupción y al final me han convencido, no se, si lograré lo que me propongo, si me darán la libertad que quiero, para sacar a la luz, toda la podedumbre que hay en el fondo de todo, pero le aseguro que voy a intentarlo. Por eso me acordé de usted general, se que le pusieron todas las trabas del mundo y que usted no se amedrento e incluso investigó por su cuenta todo lo relacionado con Industrias Norton y la venta de armas; me gustaría, si usted no tiene inconveniente reunirnos para hablar del tema, aunque tenga que desplazarme a Barcelona; ¿estaría dispuesto a vernos?. -

Verá señor Rok, llevo retirado bastantes años y la verdad tengo una vida tranquila con mi mujer y mis hijos; ellos lo pasaron muy mal se metieron con sus familias con acusaciones de todo tipo y no quisiera se volviera a repetir, perdóneme, pero me gustaría mantenerme al margen. -

Lo comprendo general, a mi familia ya la han amenazado y yo también pensé dejarlo, pero ha sido mi propia familia la que me ha dicho adelante, me animaron a seguir y yo estoy orgulloso de ello, así que he pensado, que si no me arriesgo y pongo fin a este despropósito, nada cambiará y las cosas irán a peor, estamos viendo que se sienten inmunes porque la gente les da sus votos, pero mientras haya gente comprada y agradecida, todo seguirá igual.

No quiero molestarle más, le doy las gracias por haberme escuchado; de todas formas si cambia de parecer ya tiene mi número. Un saludo general y gracias de nuevo. -

Buenas tardes, adios señor Rok y colgó. -

Francis quedó un poco desilusionado aunque por otra parte y a decir verdad se lo esperaba, habían pasado algunos años y nadie querría recordar un tema tan escabroso.

Marga volvió a llamar a Philipe, pero tan poco contestó; llamó a Frank Rice y tampoco pudieron localizarle, insistieron con Billi Tramp y este si cogió el teléfono, - Un momento señor Tramp, se pone mi jefe el señor Rok; - hola Billi,¿ has hablado con Philipe?; - no, no puedo localizarle, hace más de quince días que no hablamos, estoy en mi tierra, pero habíamos quedado en reunirnos en Madrid, me dijo que te llamaría y a Frank y a Alex por un problema que había surgido, - ¿qué clase de problema?. - No es nada grave pero no lo deberíamos hablar por teléfono se despidió y colgó. -

A continuación llamó a Alex, para ver si él le aclaraba algo, pero tampoco pudo localizarle. -

Había pasado la tarde y dieron por finalizada la jornada, mañana será otro día, le dijo a su secretaria descansa, que nos quedan días muy difíciles; Marga bajó los ojos intimidada, siempre que su jefe se dirigía a ella con esa amabilidad y una sonrisa, no quería mirarle por temor a que descubriera sus sentimientos; no le importaría que tuviera que quedarse todas las horas del día con tal de tenerle cerca con eso se conformaba.

Aquella habitación en la planta décima del edificio, en aquel despacho, estaban todos sus anhelos de mujer, su jefe felizmente casado y con una familia a la que amaba, nunca sabría el sacrificio que ella hacía para mantenerse fuerte ante la oleada de sentimientos que inundaban su corazón, pero sabía que él tenía una vida plena y no quería causarle problemas, era la única manera de estar a su lado, ocultar lo que le pasaba por la cabeza, siempre que estaba con él, pero con su educación de claustro monacal, nunca se atrevería a cometer esa sin razón; él era feliz y eso le bastaba, ya le demostraba con esa sonrisa suya, que le importaba y eso, ya era algo.

Cuando Francis llegó a su casa Elena estaba más excitada que de costumbre, le preguntó si él había mandado a un grupo de electricistas y técnicos en telefonía; se habían presentado en la casa cuando ninguno estaba y Gertrudis no había tenido más remedio que dejarles pasar, le han dicho que venían en tu nombre a arreglar unos problemas que habían surgido con las alarmas y los teléfonos, ella ha querido llamarnos, pero le han dicho que la línea estaba estropeada y por eso habían venido a arreglarla, pero la verdad es que no estoy tranquila; que casualidad que ni nosotros, ni los chicos, estuviéramos aquí, haz el favor de informarte de lo que realmente ha pasado; esto no me gusta.

No te preocupes Elena llamaré a la compañía y me enteraré.

Cuando colgó el teléfono su esposa la preguntó que le habían dicho. - Me contestaron que había sido un apagón en esta zona y se crearon muchos problemas con las líneas de teléfonos; se vieron afectadas todas las conexiones con internet y los ordenadores, pero ya están arregladas, que sentían no haber podido pedirnos permiso para entrar en la casa, pero querían subsanarlo cuanto antes y nos pedían disculpas.

Bueno dijo Elena, si ya está solucionado mejor, nos hemos evitado las molestias.

Se sentaron en la salita, Elena cogió el libro que estaba leyendo y Francis conectó la televisión para ver que decían las noticias sobre el panorama político cada vez más enrarecido por los juicios en los que empezaban a declarar en el Tribunal Superior de Justicia, todos los altos cargos imputados por su implicación en las diferentes tramas corruptas: los afectados por las cajas, los preferentistas, o sobre las tarjetas opacas de los bancos donde más de quince millones de euros habían servido para las fiestas y diversiones privadas de unos personajes que se creían importantes, pero que solo eran representantes públicos, cuyos grandes sueldos son pagados con el erario de todos los contribuyentes.

Francis Rok sentía verdadera indignación por lo que estaba sucediendo en el país, tenía que movilizarse de una vez por todas; la Comisión de Investigación debería estar ya en marcha, pero parecía que nadie tenía prisa, si creían que él iba a aceptar, que esta Comisión quedara en nada como tantas otras, no le conocían.


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