INTRODUCCIÓN A LA NOVELA: CORRUPCIÓN CRIMINAL

Mi primera novela Corrupción Criminal fue, en cierto modo, un reto que me impuse a mí misma; mi pasión por leer, me llevó a preguntarme, si sería capaz de llegar más lejos; había escrito poesías y cuentos, solamente por la necesidad que sentía de escribir pero, en esta ocasión, mi deseo fue más allá: escribir una historia, en la que, la corrupción fuera el principio, y marcara el tema principal de la novela, consiguiendo interesar a los lectores.

Escrita hace ya dos años, terminada en Marzo de 2017, y su argumento todavía en primera línea, sigue produciéndome satisfacción el ser su autora, e ilusión, pensando, en si a alguien le gustara y se interesara en publicarla.

Por ser mi primera obra, me siento tentada a rehacerla, pero, por otro lado, y a pesar seguramente de muchos errores, perdería la frescura de la ficción, mezclada con la realidad, y plagada de situaciones inverosímiles, confiando que el lector, las ponga en perspectiva, en el momento actual.


 - INTRODUCCIÓN -


Francis Rok, manejaba el timón de su velero, poniendo rumbo a la salida de la bahía; la decisión había sido tomada, no tenía esperanzas de volver jamás, sería un paso definitivo, un último y silencioso adiós; una punzada de dolor le atravesó el corazón y comprendió que le acompañaría siempre; no pudo remediar volverse y contemplar los contornos de la arboleda, que se extendía por toda la colina y donde se divisaba la gran casa, que había pertenecido a su familia; en la distancia, parecía pequeña, insignificante, como si en tiempos no tan lejanos, no hubiera hecho gala de todo su esplendor.

Los recuerdos le llevaron a su padre Manuel manejando el timón, como hacía ahora él; se vio de niño, subido en aquel cajón que ponía su padre, porque la altura de su cuerpo no era la suficiente y, sus pequeñas manos, no abarcaban la rueda. Él, con las suyas grandes y fuertes, las sujetaba y guiaba, demostrándole cómo tenía que maniobrar para salir de la bahía, a ese mar, que decía le apaciguaba y le daba libertad, inculcándole con sus actos, el amor a navegar.

Su memoria le llevó también a su madre Petra, mujer de férreos principios morales y éticos y de su lucha por la supervivencia en unos años difíciles.

Volvió su mirada hacia el mar profundo; el sol iluminaba sus aguas y buscaba la línea del horizonte, para ir desapareciendo tras ella con la misma rapidez con la que había aparecido; procuró sosegar su espíritu, siempre lo conseguía si navegaba y con un suave movimiento del timón, giró hacia el Sureste alejándose de la isla; elevó los ojos al cielo y comprobó la posición del sol, avanzaba desplazándose a buen ritmo, aunque nada le importaba, ni el tiempo que invertiría, ni cuál sería su destino.

El viento, empezó a soplar con fuerza, inflando las velas, que como alas de un ave gigantesca, planeaba sobre el mar y dejaba en su camino, una blanca estela de espuma, hacia la libertad.


María Luisa Corrales Martínez
30 de Marzo de 2017


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